Tras varios intercambios de palabras por whatsapp entre los compañeros durante la semana finalmente concretamos el descenso del Otonel para el lunes día 28 de abril, que era festivo en Valencia. Todo un clásico de nuestra zona que nunca defrauda, y menos con el caudal con el que nos lo íbamos a encontrar, que cierto es que nos proporcionaba un tanto de duda e incertidumbre en cuanto a la garantía de éxito y disfrute del descenso de los participantes. Par allá que nos vamos Ana Cristina, Alfonso, Cristina, Ana, Iván, María, Héctor y el que escribe (Javi M.). Nos encontramos en Dos Aguas a las 9.30. Allí tomamos un rápido y ligero desayuno y sin entretenernos marchamos hacia el aparcamiento superior. Cómo previamente había asignado un compañero a cada instalación, así como también se había dado alguna instrucción para implementar mayor seguridad y agilidad al descenso, todo el mundo ya sabía lo que tenía que hacer. Así, tras realizar la combinación de coches y valorar Alfonso el “caudalímetro” del Otonel en la presa superior, visible desde el aparcamiento, y vaticinar un caudal más que generoso, iniciamos el descenso.
El descenso de la primera parte se sucede según lo previsto. Las chorreras, en un esplendor cautivador. Me llama la atención la limpieza de vegetación que en algunos puntos el temporal de lluvia pasado a realizado. También, el cambio del curso del agua a la altura del R4 (rápel-tobogán) y su rápel previo arrampado: el agua ya no discurre por el lateral derecho del cauce, sino por una porción de lecho más centrado en la anchura del barranco, circunstancia que ha provocado que el agua ya no descienda por el cásico “tobogán” del R4, el cual, por primera vez, veo prácticamente seco, al descubierto, a pesar del nivel del caudal. Hasta aquí el caudal no parece nada preocupante, más bien todo lo contrario, parece factible para su disfrute total, esto es, sin tener que ir con el culo apretado. Pero el R5 (60 m.) nos pone las pilas, nos sitúa en la realidad, y nos alerta sobre la importancia de saber valorar (no infravalorar, no subestimar) un caudal aparentemente nada peligroso. El agua aquí cae con bastante fuerza que nos arremete a todos los participantes en ciertos puntos del rápel. Iván, de nuevo, baja primero igual que en el R1, para valorar el caudal. Alfonso, que baja después, se quedará en la base para ayudar, en su caso, en la recepción, al resto de compañeros. Yo me quedo arriba en la reunión. Pero nada más de eso, uno a uno todos conseguimos su descenso con éxito, por el rápel que instalo desde la instalación clásica de la derecha orográfica, aunque quizá con no tanto disfrute… salvo aquel que proporciona la satisfacción de haber bajado la cascada por su línea activa, con atención, pero sin percances. Fin de las partes superior y media del descenso. En la badina grande nos juntamos todos, compartimos la experiencia del R5 y del resto del descenso y decidimos qué hacer a partir de este punto. No me quiero perder la vivencia de la parte inferior con este caudal y le propongo aquí a Iván seguir para realizar lo que queda del descenso, donde el R7 parece suponer la parte más comprometida del mismo por las dificultades que pueden suponer “el agujero” y la canalización del agua en este tramo. Ana Cristina, Héctor y María se unen a la experiencia. Así encontramos le último rápel, situado ya después del puente, en el tramo inferior del barranco deportivo. Sin embargo, contrariamente a la apreciación que se tiene desde su cabecera, desde la cual lo único que se ve son los primeros metros del chorraco y al fondo la badina final, no resulta nada difícil su descenso, puesto que, como se puede apreciar en la fotografía, es posible evitar el agua si se rapela por las franjas de lecho seco que presentan ambos tramos del rápel, el primero a la izquierda orográfica, el segundo a la derecha, atravesando sin dificultad la vena una vez pasada la altura del agujero, con atención para no introducirse en este. Tampoco la recepción en la badina final presenta dificultades si se evita el agua por alguno de sus costados. En este rápel, a diferencia de los anteriores, bajo yo el primero, para no darle más faena a Iván (o eso creía yo…), que se queda en la cabecera del R6, y que ya se había ganado el pan en el R5, en el que además de bajar el primero, había llevado consigo la cuerda de recuperación hasta la base del rápel. Instalo, dejo a Ana Cristina en la reunión del R7 con algunas instrucciones que creo importantes para el resto del grupo y me bajo. Nada más rapelar unos metros visualizo la situación, con el escalón central del rápel y su agujero (el cual no invita nada a su entrada), y la franja izquierda, seca, la cual aprovecho para librar parte del caudal, y cuando llego a la zona del escalón, nada más pasar este veo la otra parte, la derecha, seca también. No resulta difícil. Después descienden Ana Cristina, Héctor y María, tos ellos y ellas sin problemas. Pero a Iván, el último de la partida en bajar, sin saberlo ninguno, aún le iba a quedar trabajo extra, una vez más. Tiene la mala suerte de acertar con el lanzamiento de una de las mochilas: de pleno al agujero. Limpia, como se dice en el baloncesto. Le hacemos indicaciones desde abajo para que no lance la otra mochila. No le quedará más remedio que asomarse al agujero y tratar buscar la saca. Desciende por la izquierda seca hasta la altura del escalón intermedio, aquí lanza a la badina inferior, ahora sí, la otra mochila que portaba. Se asoma al agujero y por suerte localiza la saca dentro, y sin ser captado por el chorraco de agua que bajaba con fuerza consigue extraer la saca. Oeeeeeeeeee. Final feliz. Todos a casa, no sin antes parar en el bar de Dos Aguas, donde la dueña nos dice algo, que no entendemos muy bien, sobre un apagón eléctrico en toda España y algún otro país europeo…
RESCATE ESPELEOLOGOS. TÚNEL DELS SUMIDORS. Vallada (Valencia). 19 de abril
sábado.
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Cuatro espeleólogos han sido rescatados tras quedar bloqueados en el "*Túnel
dels Sumidors*" en el TM de Vallada (Valencia) el sábado día 19 de abril.
Se...
Hace 1 semana
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