El Sargento de Hierro 1986, dirigida, producida y protagonizada por Clint Eastwood interpretando al Sargento Highway, un tío muy duro que durante toda la película se dedica a joder la vida entrenar a un grupo de vagos y desentrenados jóvenes.
Después de hacerles pasar un verdadero suplicio con su duro plan de entrenamiento, consigue meterlos en cintura y los deja, tanto física como mentalmente preparados para lo que surja.
“He bebido más cerveza, meado más sangre, echado más polvos y chafado más huevos que todos vosotros junto, capullos!!” Thomas Highway, 1986
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El pájaro rojo acudía desde el corazón de Cantabria después de realizar la campaña espeleológica de Picos con Guillermo y Raimon, mientras que el pájaro gris se iba llenando de mochilas y sacas de Nuria y Jero (que tuvo que dejar alguna maleta sin deshacer con la pegatina de Venezuela). El punto de encuentro; Chamonix. El objetivo; Mont Blanc estilo alpino.
-No os preocupéis, replicó Raimon. – Tengo un plan de entrenamiento que os vais a cagar…!
Así fue como el 14 de Agosto nos reunimos en el Refugio The Chamoniard Volant , preparamos nuestras mochilas y nos fuimos a dormir habiendo encomendado nuestras almas al Sargento Domingo… solo él sabía lo que nos esperaba…
ACLIMATACIÓN
La presión del oxígeno en la atmósfera decrece con la altura y con ello disminuye la capacidad de nuestro sistema respiratorio de procesar el oxígeno.
El Sargento Domingo, Raimon para los amigos, lo tenía todo preparado, ejercicio físico continuado (aeróbico), habituarnos a andar cargados con peso, dormir varias noches a más de 3000m de altura, e intentar hacer varios 4000´s… -Veamos que tal se nos dio…
PLAN DE ENTRENAMIENTO
Por si pensabais que el entrenamiento iba a ser cómodo, estáis equivocados… para empezar nos tocó hacer vivac en el parquin del teleférico de Cervinia, no es muy cómodo, pero barato… eso sí…! Al día siguiente, con las mochilas llenas de ánimo e ilusión, cogimos el teleférico y subimos así como el que no quiere la cosa a 3468m Plató Rosa (frontera Italia-Suiza).
Estamos en pleno mes de agosto, y aquí todo el mundo esquiando!
Terminamos de equiparnos, y por primera vez empezamos a tomar conciencia de que “esto va en serio”. Para calentar motores, nos dirigimos al Breithorm West 4.164m, se trata de un 4000 “sencillo” de progresión suave y constante… pero es nuestra primera cima en los Alpes, y nos deja un buen sabor de boca, aunque hay que recordar que hace 48 horas estábamos en Valencia a cota 0m.
Breithorm West 4.164m |
Tras el ascenso teníamos previsto un itinerario de unos 10 km hasta llegar al Refugio della Valle D´Ayas 3.425m, el ambiente es increíble, glaciares como nunca habíamos visto, el hielo se rompe generando grietas de infarto y el día es tan bueno que empieza a preocuparnos que la temperatura sea tan alta, el glaciar se queja haciendo unos ruidos atronadores… “el sol y el hielo no se llevan bien!”
- Ok. No problem. Mezzalama 4 pac domingo!! - No, no.. 4 pac viernes..!!! replicó Raimon.
- Yes, yes, 4 pac Mezzalama domingo!!!
- Pero Raimon… tu no te llamas Domingo de apellido? -Ahh… si, si Domingo! No problem!
Esto nos llevó a tener que utilizar los crampones, piolets, cuerdas y casi los dientes…! Empezamos a ver que esto no es el Peñagolosa y que a cuatro mil metros las cosas se pueden complicar… Poco a poco seguimos progresando, y llegamos a la parte más vertical, zona de unos 20 metros equipada con una maroma de barco, con la que nos autoaseguramos la escalada, una vez arriba nos hacemos foticos y pa bajo!
Parece que tenemos aspecto de gente preparada, porque dos grupos se unieron a nosotros y bajamos juntos… Fíate de las apariencias…!
A mitad de camino localizamos una grieta del quince, y viendo que íbamos bien de tiempo, decidimos hacer prácticas de rescate en grieta. Vamos a ver, no sirve de nada ir encordados, llevar arneses, tornillos de hielo, poleas, etc… y no saber subir a un compañero que se hubiese caído en una grieta, así que preguntamos al sargento si quería tirarse a la grieta, y como no lo vimos muy convencido, pues tiramos… tres mochilas cargadas con todas nuestras pertenencias a una grieta que no se veía el fondo…, la gente que pasaba empezó hacer fotos, pero nosotros a lo nuestro… Montamos reunión, cambiamos la carga, montamos polipasto, y en un plis-plas, nuestras mochilas estaban fuera!
Volvimos al refugio a recoger algo de material que nos dejamos y de paso el guarda nos encomendó a su hijo Mateo, que quería ir al refugio de Mezzalama 3.009m, destino al que nos dirigíamos a pasar la noche.
Para el tercer día, nuestro sargento tenía preparado un pateo de más de 12 horas con un desnivel acumulado de tropecientos mil metros… Qué íbamos a decir, teníamos que volver a nuestro coche, y esta vez no queríamos usar los teleféricos, así que no había otra máxima que “un paso tras otro”. Pudimos ver un sinfín de cambios en el paisaje, las masas glaciares se convertían en lagos y ríos, las lomas nevadas por verdes praderas y todo esto sucedía delante de nuestros ojos pero a paso sereno y tranquilo…
Las horas y el cansancio se van acumulando, pero la conversación y las vistas lo hacen más llevadero. Gracias al GPS y la intuición femenina conseguimos recorrer aquel laberinto de sendas y llegar al coche después de una jornada tremendamente dura…
Cogimos el coche y tras cruzar el Tunel del Mont Blanc, volvimos a nuestro refugio de Chamonix. Esa noche nos pegamos un merecido homenaje de carnaza… y con una jarra de cerveza brindamos “el entrenamiento está cumplido!!!”.
HISTORIA
En 1760 el naturista Horace Bénédict publica la promesa de recompensar a quien encontrase una ruta practicable para llegar a la cima del Mont Blanc.
Durante los siguientes lustros se realizaron innumerables intentos por encontrar “el camino”, por el Mar de Glace, por el glaciar de los Bossons, desde la montaña de la Côte, por la Aiguille du Goûter…
El 8 de Agosto de 1786, G. Paccard y J. Balmat ascienden a la cima del Mont Blanc por la ruta conocida como “Los Grands Mulets”
OBJETIVO
El objetivo de la expedición no era otro que subir al Mont Blanc 4.808m, techo de Europa.
Es una cima atípica pero emblemática, es una cima accesible pero no banal, es estética y atractiva. Se trata de un cóctel explosivo que provoca una cierta masificación estival tanto en las vías provocando problemas de seguridad como en los refugios en cuanto a su gestión.
El estilo alpino hace referencia a un modo de entender el montañismo, es la modalidad en la que se afronta la ascensión a una cima de forma autosuficiente; el alpinista transporta todo lo necesario, comida, refugio y equipo. (O sea, nada de refugios masificados…)
4.808m. MONT BLANC
Nos tomamos el día libre, era el merecido descanso después del duro plan de entrenamiento del Sargento Domingo. Estuvimos paseando por Chamonix, el día era una pasada! Como si fuese una mañana de fallas, tomando cervezas a la espera de la Mascletá!
Hicimos las últimas compras y preparamos las mochilas en el centro de operaciones (también conocido como el parquin del Refugio).
Nos levantamos temprano, queríamos coger el primer teleférico que salía de Les Houches a las 7:30, la previsión meteorológica era “demasiado buena”, lo que significa que “era mala”… un cielo totalmente despejado con el anticiclón encima, podía suponer demasiado calor a las horas centrales del día, podía poner en serio peligro nuestra seguridad moviéndonos cargados como “mulets” por aquellos lares.
A escasos metros de donde nos deja el teleférico, tenemos la estación de Vellevue, donde tomaremos el Tranvia del Mont Blanc (TMB), se trata del tren cremallera más alto de Francia. Dispone de tres máquinas, que llevan los nombres de las hijas de quien fuera propietario hasta 1956; Anne, Marie y Jeanne. Las vistas del trayecto son magníficas y de no ser por los trabajos de remodelación de la vía y estación, nos hubiese subido hasta Nido de Ágila, pero… tuvimos que apearnos en una estación intermedia, Mont Lachat 2.080m.
Tardamos una hora en llegar a Nido de Águila, donde paramos a almorzar, y continuamos por la senda que no tiene ninguna pérdida.
El paisaje es extraño, tiene un aspecto cuasi lunar y las pendientes son suaves, pero sabemos que vamos muy cargados y tenemos que tomarlo con tranquilidad… Dejamos a nuestra derecha el camino que lleva al Glaciar de Bionassay, subimos zigzagueando atravesando el desierto de Pierre Ronde. Poco a poco vamos avanzando, Guillermo y Raimon se adelantan, pero siempre tenemos contacto visual. Atravesamos la arista y llegamos a un pequeño glaciar, y ya estamos en las inmediaciones del Refugio de Tete Rouse 3.167m.
Las sensaciones son buenas, vamos muy lastrados de peso y hemos hecho casi el tiempo que marcas las guías.
Es el momento de montar nuestras tiendas, la zona es más o menos plana, pero millones de piedras le dan forma de huevera, donde en cada uno de esos huecos se monta una huevo-tienda. Recuperamos fuerzas, comemos y a descansar…
En el refugio no hay grifos con agua para nadie, quien quiera agua, que pase por caja y prepare 5€ por botella… Pues nada, tomaremos agua del glaciar que llevamos pastillas potabilizadoras!
Los talones de Nuria, llevan toda la semana quejándose a pesar de taparles la boca con “Compeed” y diferentes ungüentos mágicos, pero el dolor es cada vez más insoportable y el tiempo se acaba… y llega el momento de decidir si los talones ensangrentados soportarían una ascensión de 1800m…, al final… Nuria decide quedarse en la tienda y esperar nuestro regreso…
La mayoría de la gente sube a dormir al refugio de Gouter para realizar el ataque final a cumbre, pero siendo fieles a nuestro proyecto, después del entrenamiento y aclimatación realizada, tenemos plena confianza en la adaptación de nuestro organismo a la altura, así que vámonos a dormir que dentro de un rato hay que levantarse.
Delante de nosotros se encuentra la zona más delicada de la ascensión, un paredón de 650m donde tras atravesar el glaciar de Tete Rousse llegamos a “La Bolera”, se trata de un Gran corredor que desciende desde la cumbre de la Aiguille du Gouter, canalizando las piedras que se desprenden (de forma más frecuente y ruidosa de lo que habíamos leído, os puedo asegurar…) hacia el glaciar de Bionnassay.
Entre los extremos de la bolera, hay un cable de acero para servir de pasamanos cuando el nivel de nieve es alto (no es el caso), pero para nosotros solo hay una máxima… “Corre y no mires pa´tras”
Os aseguro que acojona, pero hay que seguir… tenemos que ir atentos ya que hay huellas en todas direcciones y por delante nos esperan pedreras, escalar algunos tramos escarpados y dos series de cables que sí ayudan a la progresión haciéndola “algo” más segura, llevándonos hasta el Refugio de Gouter 3.817m. Hemos tardado casi tres horas, nos sentimos pletóricos, no nos hemos cruzado con nadie y somos de los poquitos que vamos a intentar la ascensión desde Tete Rousse, aunque somos consciente que la mayoría de la gente va por delante de nosotros y son los que han salido desde aquí (R. Gouter).
Tomamos algo de alimento y agua y continuamos bordeando el refugio para alcanzar la cresta de nieve. La salida es casi plana y tras pasar varias jorobas de nieve tomamos dirección al Dome del Gouter, la senda está perfectamente marcada, parece un canalón…!
Poco a poco, ganamos altura, ya hemos superado la barrera de los 4000, y la senda es muy cómoda y el sol nos deja disfrutar del paisaje, que maravilla…!
La progresión la llevamos encordada desde Gouter, y aunque nos obliga a parar o avanzar a todos a la vez, a pesar de ello el ir encordados mejora nuestra seguridad ya que atravesamos varias grietas y las pendientes a los costados comienzan a ser importantes.
Llegamos al collado del Dome y tenemos delante el Observatorio científico y el abrigo para emergencias Vallot (que sólo debe utilizarse en casos de fuerza mayor).
Van pasando las horas, pero las sensaciones son muy buenas, el día es claro y la visibilidad inmejorable, todos estamos bien de fuerzas y empezamos a sentir que tenemos al alcance de la mano nuestro reto…
Atacamos la arista de las Bosses, franqueando el Grande y Petite Bosse (4547m), continuamos por la arista cimera … y cada vez la tenemos más cerca… mas cerca…
Y por fín llegamos a la cumbre del Mont Blanc 4.808m!
Hoy es 20 de Agosto de 2013 y son las 9:50, estamos en el techo de Europa, la emoción nos embriaga, nos abrazamos y gritamos…!
Mis pensamientos se han bajado al campo base junto a Nuria, saco la cámara para grabarme en vídeo y dedicarle esta cima… pero con los nervios me hago una foto y me tiro 2 minutos hablando solo… bueno, a la cámara apagada… jejeje…
Sacamos las banderas y nos hacemos las fotos de rigor, estamos tan contentos que tenemos la bandera de Tracalet boca abajo sin darnos cuenta, jajaja…
Pero, aún no hemos llegado al campo base, así que tenemos que relajarnos, comer y beber algo y sin perder más tiempo, emprendemos el regreso. El sol pega con ganas y la nieve lo resiente, pero se avanza a buen ritmo y no creo que vayamos a perder la hueya…!
Después de ver como la montaña escupe bloques de varios cientos de quilos, conseguimos salir sanos y salvos (lamentamos la perdida del GPS de Raimon… se lo tragó la bolera).
Texto: Jero García
Fotos: Nuria, Guillermo, Jero
Participaron:
Nota: El 20 de julio de 1990, el suizo Perre-André Gobet subió al Mont Blanc desde Chamonix (por el itinerario de los Grands Mulets) ida y vuelta en 5 horas y 10 minutos, desde la iglesia de Chamonix!!!
A día de hoy nadie, ni siquiera con esquíes, le han batido el record…