domingo, 7 de julio de 2024

Expedición MONT-BLANC Julio 2024

La idea. Todo se fraguó en una comida después de hacer una limpieza de cuerdas, donde se propusieron diversas actividades entre ellas, subir el Mont Blanc. Ya al acabar la comida en los cremaets, se concluyó que había que realizar la ascensión por la ruta de los 3 cuatromiles ya que Carlos y Chema ya habían hecho cima pero por otra ruta diferentes. Antes de que acabáramos el café y pasáramos a las copas, comprobamos que en uno de los refugios de la ruta el único día disponible desde Mayo a septiembre era el 5 de julio y solo 3 plazas. Así que sin pensarlo demasiado reservamos y empezamos a planear la aventura. La ruta Decidimos pasar toda un semana en los Alpes, así que la idea era conocer el valle de Chamonix-Mont Blanc al máximo. Día 1 . Noche en Refugio de Requin (2516) Cogimos el tren cremallera desde Chamonix a la Mer de Glace, donde desde de la estación accedimos por una nueva via ferrata muy bien equipada al glaciar. Empezamos a andar por el glaciar "Mer de Glace" valle adentro donde entre nubes empezábamos a ver las míticas ascensiones como la aguja del Dru o las paredes de las Grandes Jorasses.

Durante nuestro avance por el glaciar recordamos la técnica con el material de hielo, y nos acostumbramos a atravesar las grietas y diversos peligros que esconde el manto blanco. La llegada al refugio de Requin nos sorprendió por las inesperadas escaleras que tuvimos que subir bajo la persistente lluvia. El refugio aunque algo pequeño conserva todo el ambiente alpino tradicional.
Día 2. Refugio de Torino (3.375) A las 6 desayunando y poco después nos encordamos para empezar la ascensión por el glaciar . Durante esta jornada afrontamos pendientes considerables y tuvimos que sortear varias señoras grietas y puentes de nieve. Fue en esta etapa donde nos dimos cuenta de la inmensidad del glaciar.
Una vez cruzado el collado y rebasando los 3000metros de altura cambiamos de país hasta llegar al Refugio de torino. Resaltar las vistas de la cima del Mont-Blanc desde la vertiente italiana, donde parece aún más abrupto e inaccesible.
Día 3 . Cosmiques (3.613) Hoy volvimos sobre nuestros pasos y cruzamos el glaciar remontando hasta llegar a la Aguille du Midi. Curioso punto de encuentro entre turistas y alpinistas. Aquí pudimos admirar las vistas del MontBlanc desde la vertiente francesa así como toda la ruta de ascensión que íbamos a realizar.
Destacar que estos 3 días de ruta han sido muy valiosos y disfrutones. La gran belleza del glaciar y del paisaje hace que la ruta de los 3 refugios merezca mucho la pena.
Día 4. Cosmiques (3.613) Este día lo pasamos en el refugio aclimatando y templando cuerpo y alma para afrontar la ascensión al día siguiente que el tiempo se preveia mejor.
El ambiente montañero del refugio tiene un algo especial, y no es el olor. El buen rollo de conocer otra gente y hablar con alpinistas mola mucho.
El tiempo en el refugio de descanso te destroza los nervios, porque no paras de darle vueltas a la cabeza: Estará bien la pala del Tacul? El viento en altura nos dejará avanzar? Y la rimaya está peligrosa? La primera o la segunda? Y el paso del Maudit? Está clara la huella? Me fallarán las fuerzas? Hará frío extremo? A que hora salimos? Día 5. 05-07-2024. El gran día y la gran noche.Cima 4810 y Nido de Aguilas 2.372. Por fin ha llegado el momento para el que hemos estado preparándonos esta semana, tras unas pocas horas de descanso en la que apenas podemos conciliar el sueño por los nervios y la incertidumbre (oímos rugir el viento fuera del refugio y las previsiones de viento han empeorado), nos ponemos en marcha con la intención de empezar la ascensión a las 00.00 horas.
En el refugio aún están recogiendo cuando aparecemos para "desayunar" a las 11.15, sorprendidos porque la hora oficial es la 01.00, pero queremos salir los primeros para evitar posibles atascos en la pala del Maudit, lo cual resultó un gran acierto ya que pasamos los primeros, lo cual nos permitió subir tranquilos y coronar cima muy temprano. Puntuales como un reloj suizo nos ponemos en marcha tras encordarnos y pasamos al lado de las tiendas de campaña, cuyos ocupantes se ponen en marcha justo detrás de nosotros; afrontamos las primeras inclinaciones del Tacul, que habíamos estado estudiando detenidamente el día anterior; el esfuerzo es continuo y vamos superando rampas de 40-50 grados con la ayuda de los piolets, la nieve está perfecta, superamos primer resalte, primera rimaya, segunda rimaya, serac, y...ya estamos arriba, hemls superado el Tacul!! Son apenas las 2.00 y nos sorprende lo rápido que estamos progresando; Carlos marca el ritmo perfectamente y estamos disfrutando un montón. Cuando superamos el Tacul y ponemos dirección al Maudit cambiamos de vertiente y empieza a notarse el fortísimo viento que nos acompañará el resto de ascensión, pero esto no nos desanima ya que por suerte la temperatura no es demasiado baja, aunque a veces nos empuja y nos tira pequeños trozos de hielo y nieve a la cara. Pero no tenemos dudas y seguimos adelante.
La ascensión al Maudit resulta complicada porque el viento ha borrado casi toda la huella y, al ser los primeros, tenemos que buscar la mejor traza posible, adivinando indicios de por donde iba la huella de días anteriores y abriendo nuestra propia huella, lo cual nos obliga a un esfuerzo adicional. Por suerte nos orientamos bien, atravesamos la zona de enormes seracs y empezamos la larguísima subida de la pala que nos lleva al collado del Maudit.
Este año hay muchísima nieve acumulada y estamos más de una hora ascendiendo una fortísima pendiente hasta el punto culminante de la pala, donde encontramos un curioso "tubo" esculpido en la nieve y el hielo por el paso de todas las cordadas los días anteriores, lo cual nos hacía intuir que era la vía de subida al collado de Maudit este año, el tubo transcurría unos 20 metros a la izquierda de la típica vía de ascensión estival de años anteriores, con su caracteristica roca intermedia con anclajes, por lo que esto dificultaba mucho poder asegurar la escalada; tras un pequeño salto para superar la rimaya, con una inclinación de unos 60 grados y unos 50 metros de desnivel que ascendemos en ensamble clavando las puntas de nuestros piolets y crampones escalando en hielo, sintiendo el enorme vacío a nuestros pies que, afortunadamente por la oscuridad de la noche no podemos apreciar en toda su magnitud, aunque sabemos que está "prohibido fallar" ya que una caida es un billete directo hasta las luces de Chamonix que vemos tan lejos; la autodetención sería casi imposible en este punto. Sin embargo las condiciones son perfectas y nos sentimos seguros disfrutando de esta escalada y llegamos al collado sin pasar ningún susto.
A partir de aquí la ruta es mucho más fácil técnicamente, ya vemos el Mont Blanc delante nuestro y empezamos a saborear la cima, pero nos queda una pala de más de 500 metros de desnivel con fuertes pendientes que, azotados por el fortísimo viento que no da respiro y el efecto de la altitud que empieza a afectarnos se nos hará muy muy larga.
Un giro tras otro, otro más, otro más, la cima siempre se ve lejana....tenemos que darlo todo para progresar, hace mucho frío, el viento nos congela y no nos deja respirar, la nieve nos golpea por todo el cuerpo, la altitud hace su efecto...pero sabemos que la cima es cuestión de tiempo y esfuerzo y esa inyección de adrenalina nos hace seguir... hasta que 10 metros más arriba vemos parados a una cordada que nos había rebasado en la pala y de repente sabemos que ya está, que hemos alcanzado la cima. Por fin, es viernes 5 de Julio a las 7 am lo hemos conseguido, coronamos los 4810 metros del techo del Mont Blanc.
Lágrimas, abrazos, subidón, brazos arriba, emoción... La sensación indescriptible que solo puede entenderse cuando estás ahí y que justifica todo el esfuerzo necesario... pero sigue soplando el viento y hace mucho frío, fotos, vídeos, abrazos de nuevo y rápidamente empezamos descenso por la ruta "normal" de Gouter, mucho más sencilla y sin grandes dificultades, pero tenemos que bajar ni más ni menos que 2500 metros de desnivel hasta el refugio Nido de Águilas, que se hacen todo un mundo con el esfuerzo que llevamos encima.
Bajada por la arista de Les Bosses, cabaña Vallot donde paramos a descansar un rato, a diferencia de la ruta de los 4 miles el viento ha cesado y el sol nos calienta, nos cruzamos con innumerables cordadas que ascienden con sus guías (a diferencia de la ruta que hemos ascendido), llegamos al refugio Gouter y la interminable bajada de destrepes hasta Tete Rousse atravesando la famosa y temida "bolera" tristemente célebre por el riesgo dr la caída de piedras sin ningún susto, finalmente a las 16.30 tras más de 16 horas llegamos al refugio Nido de Águila a 2.372 metros de altitud, donde sale el tren cremallera que mañana nos llevará hasta Chamonix.
Estamos agotados y solo queda celebrar, cerveza, el puro de la victoria "presidente" de Marc, una cena que sabe mejor que nunca, unos licores y a dormir con la satisfacción de que hemos cumplido con nuestro deseo de conquistar el Mont Blanc.
"El dolor pasa, el sudor se seca, el cansancio termina...pero la satisfacción de haber logrado lo que te has propuesto nunca desaparecerá...".

martes, 25 de junio de 2024

Barranco de Mátalo



 






























Redacción y fotos Mario


jueves, 13 de junio de 2024

Avenc de Quatretonda


El Avenc de Quatretonda es una de las simas más emblemáticas de toda la Comunidad Valenciana. Con
sus 168,5 metros de profundidad sin duda es una de los más espectaculares que se pueden visitar. Las
cifras están ahí: dos pozos concatenados de 100 y 50 metros respectivamente.

Y por ello, además de por el compromiso contraído con la federación de hacer mediciones de las diferentes cavidades del territorio, el domingo nueve de junio nos desplazamos hasta el municipio de Quatretonda, lugar de inicio del acceso a esta sima. Allí nos reunimos Minerva y yo (Félix) con Javi y Sara, desde donde tras almorzar agarramos el camino de acceso. Éste discurre por pistas en buen estado que a través de bancales y casetas en cuestión de 15 minutos nos deja en el parking.

Nos pertrechamos y organizamos el material para acometer el descenso, e iniciamos la aproximación de 5 minutos en suave pendiente.

Protegida por una reja, su boca, amplia, ya nos deja hacernos una idea de lo que hay más abajo. 

Decidimos que me encargue de la instalación, así que comienzo el descenso con Javi. Pasamanos para salir a la vertical, que de manera súbita nos deja con 100 metros de caída libre a nuestras espaldas. 

Equipada con anclaje químicos que buscan el descenso más cómodo a la par que los paños de roca más fiables, es sencilla de montar, si bien es preciso ir haciendo alargues de vez en cuando y tener en cuenta la orientación del mosquetón una vez que coja peso, ya que las argollas de los tensores son traicioneras.

                       

Poco a poco descendemos hasta encontrarnos en una repisa que obliga montar pasamanos para bajar los últimos veinte metros del primer pozo.

En forma de campana, a menos cien, el avenc se torna espectacular. De proporciones gigantescas, el volumen es enorme. La luz penetra de manera exigua hasta este nivel, dando un ambiente mágico al lugar.       

Continuamos montando un largo pasamanos de acceso hasta el segundo pozo. Hay que rodear un gran bloque para acceder a él ya que el acceso directo nos deja en una peligrosa zona de piedras.

Con tres fraccionamientos, él último de treinta metros, estamos en el suelo, desde donde ya caminando por un cono de derrubios, llegamos a la famosa garrafa concreccionada. Bajando un poco más, tocamos su cota inferior donde realizamos la medición de CO2. 

                           

                         

                         

                         

Y nada, a salir. Javi desmonta. Yo le apoyo con el peso del material. Poco a poco vamos deshaciendo el camino que, con el peso, se hace algo pesada.

                                     

Terminada la jornada deportiva, montamos mesa y nos dedicamos a hacer comida/merienda comentando los momentos del día y, como siempre, tramando nuevos planes.

Como siempre, gran día!

martes, 11 de junio de 2024

Barranco Mascún y Oscuros de Balced


Un fin de semana más el Tracalet se mueve. Esta vez toca hacer una visita a Guara con el objetivo de realizar el descenso del Mascún. Y como guinda del pastel, Oscuros de Balced.


Aunque el Mascún es un barranco más bien de primavera por su régimen de tipo torrencial, este año debido a las lluvias se ha mantenido con buen caudal hasta la fecha elegida: último fin de semana de mayo. De hecho, la previsión con respecto a Oscuros nos marcaba que podría ir alto incluso.


El viernes a primera hora de la tarde, nos ponemos en marcha. Dos coches. Carlos, Minerva y yo (Félix) en uno; y Jordi, Javi Masca y Arturo en el otro. Javi y Sara vendrán por su cuenta y nos reuniremos con ellos al día siguiente. Viaje apacible que nos lleva a Rodellar, donde hemos alquilado un apartamento, en apenas cinco horas.


Durante la cena se perfilan los horarios. Se decide hacer el sábado el barranco Mascún por su longitud y dejar para el domingo Oscuros.


A las siete de la mañana estamos caminando. Aproximación de tres horas según reseña que nosotros la dejamos en dos y media largas. Preciosa en sí misma, totalmente aconsejable como excursión senderista. Consiste en remontar el barranco desde Rodellar hasta coger el camino del despoblado de Otín, para ya ir a buscar el cauce tomando dirección noreste. Realmente espectacular, con un valor paisajístico incalculable y que como único reseñable aparte de su duración, es la cuesta que toca lidiar para llegar a la planicie de Otín. Bosque mediterráneo, sobre terreno kárstico que poca antes  de llegar al cauce nos deja zonas de conglomerado, todo ello rodeado de una exuberante vegetación.


A las 10:00 estamos cambiados y en la cola…así es este barranco. Uno de los más famosos de la península y de los más visitados. Entramos a las 10:40 y empieza la diversión. 

El saltadero de las Lañas. Salto de ocho, salto de dos, rápel de doce y salto de seis. Así, a lo tonto, para empezar. 


                                          

Hemos tenido suerte. Caudal medio y agua cristalina (y fría!). El barranco no ha podido empezar mejor.


Llegamos a las cascadas de Peña Guara. Salto de siete, salto de dos y rápel de doce. Qué disfrute de barranco!


                                          


Un poco de aquatrekking y enseguida estamos en los Oscuros. De lo más bonito que se puede ver en la vida, el cauce se interna en la roca, la cual forma una bóveda de veinte a treinta metros de altura. Y como hace curva, hay una zona donde apenas se ve, lo cual le da otro puntito más de emoción.


Llegamos a los estrechos que como colofón nos coloca en el Pozo Negro. Rápel divertido en el que te has de colar por una ventana en el suelo por donde cae el agua y que te deja al pie de un desfondado donde el ambiente que forma la roca y el agua es indescriptible.


                                              

                         

                                              


Un par de saltos más, un rápel y fuera. Nos toca andar hasta el Caos de Otín donde tres de los compañeros deciden esquivarlo. Los demás a disfrutar de los destrepes, un salto bonito y un par de rápeles más.


                                                  


Y a caminar. Paisaje de nuevo impresionante. Metidos en el cauce con agujas cuyos vértices se encuentran cientos de metros por encima de nuestras cabezas, rapaces sobrevolando el territorio, vegetación exuberante. En un par de horas estamos en Rodellar de nuevo. Y qué pesada se hace la subida hasta el pueblo!


                                               


Tarde de charla y noche de cena. Compartimos momentos del día, hablamos de planes pasados pero sobre todo futuros, y a dormir. Levantados desde las seis, con diez horas de actividad y veintiún kilómetros en el cuerpo no es excusa ligera para acostarse prontito, porque al día siguiente nos esperan los Oscuros del Balced.



                                        


Barranco corto, de media jornada. Pero con una de las aproximaciones más impresionantes que se pueden hacer. Tomemos estas caminatas como parte de la actividad y démosle el valor qu tienen. Desde el parking comienza la subida para en media horita larga plantarse en la misma pared del Balced cientos de metros por encima de su cauce. Con unas vistas dirección norte donde se contempla el gran corte que ha hecho en la sierra este río a lo largo de millones de años y al fondo, se pueden ver los picos nevados del Pirineo sobresaliendo entre todos ellos el Monteperdido. Por pedrera algo incómoda y de manera vertiginosa descendemos al cauce para encontrar un espléndido bosque de ribera por el que hay que caminar ya llaneando veinte minutos más.


Efectivamente va algo alto de caudal, pero totalmente practicable (normal-alto sería lo más correcto). El primer rápel es bajo cascada. No cubre así que sin peligro bajamos al caos donde culebreamos poco a poco. Más estético que deportivo, el barranco se nos va ofreciendo de manera amable. La pimienta la pone el ambiente. El rugir del agua, el juego de luces, los pasos entre las rocas. Es una experiencia tan sobrecogedora a veces que resulta complicada de describir. Llegamos al sifón que se pasa sin problemas y nos deja en los estrechos. Paredes que casi llegan a tocarse y nosotros encajados allí dentro, cientros de metros de roca por encima. 


               

El último rápel nos muestra la realidad del caudal. Tenemos movimiento a evitar. No te puedes quedar dormido si no quieres pasar un mal rato. Bajo primero a comprobarlo haciendo un rápel pendular. Salto a un metro de la superficie soltando la cuerda e impulsándome lejos. Y aviso: OJO, AL LORO!! Unos deciden saltar, otros montan un desviador recuperable. 


              


Un poquito más de caminar y nadar ya por cauce abierto y sin dificultad. 


                                



Y el retorno, media hora larga cuesta arriba que se hace algo pesado por el cansancio ya acumulado. Ayuda la sombra puesto que estamos rodeados de bosque.


                                       

En los coches ya, nos cambiamos y damos un bocado rápido. Volvemos a casa con un buen sabor de boca. 


Grandes!!