Esta actividad la propuso Pimpollo, ya que es de los pocos espeleólogos que ha entrado en ella y sabía de su localicación, aproximadamente. Allá que fuimos Pimpollo, Estela, Jose y la redactora jefa (jejejeje). Para mí, personalmente, fue un privilegio ser de los pocos/as afortunados/as que han podido disfrutar de ella.
Un amigo de Pimpollo informó de su existencia ya que está cerca de su casa de campo. La boca de la sima está orientada al norte por lo que se puede admirar la Sierra Calderona. Hace 30 años Pimpollo i Sra. junto a su compañero Porret, decidieron ir a explorarla, tras ellos hacer la primera exploración, volvieron a los 5 años con un grupo del club y ahora somos nosotros. Esta no se documentó en su momento así que es desconocida en el mundo de la espeleología.
La sima es una diaclasa tectónica de -60m, consta de 2 pozos y un tubo de viento que conecta con otra sima cercana. En ella destacan una gran colada y gran cantidad de coraloides (pop corn o uvas).
Encontrarla no fue tarea fácil, tuvimos que peinar la montaña (1h aprox.) hasta que Pimpollo la encontró tapada con una gran roca, no lo suficiente pesada como para que no la pudiesen mover Pimpollo y Jose, mientras tanto, Estela y yo mirábamos a los dos fornidos jovenzuelos.
Tras su localización fuimos a almorzar y así coger fuerzas para adentrarnos en la resistida sima.
Sobre las 12 am. empezó Pimpollo su instalación. En cabecera utiliza dos spits a la izquierda con nudo del 9 y cuerda de 35m. La bajada es una rampa pronunciada de unos 20m y se hacen dos fraccionamientos. Al final de la rampa se utiliza anclaje neutral y parabolt del 8.
Terminamos el primer pozo y se instala pasamanos para poder acercarnos al segundo pozo.
Para rapelar el segundo pozo de unos 40m. se utiliza un anclaje natural a estalagmita fálica, un spit en cabecera, cuerda de 50m. y dos fraccionamientos.
Una vez finalizamos el pozo tuvimos que destrepar unos metros. En este tramo de la diaclasa, su parte derecha era toda una colada inmensa y la izquierda estaba repleta de coraloides (pop corn o uvas). El destrepe no fue difícil, pero terminé llena de moratones y sin poder sentarme en varios días por apoyar mi espalda en las coraloides jajajaja. Llegamos al final del trayecto, ahí estaba el tubo de viento que conecta con otra sima cercana, tras ver que no cabíamos en él nos detuvimos a admirar la diaclasa.
Detrás del casco de Jose se encentra el tubo de viento inaccesible. Sobre las 2 pm. iniciamos el ascenso, a las 3 pm. estábamos fuera.
Aquí no terminó la jornada, como buenos miembros tracaleteros, nos fuimos a celebrar esta experiencia con cervezas, vermouth y una comida riquísima.
Moltes gràcies Pimpollo per compartir la teua xiqueta i tot el que saps amb nosaltres.
Redacción: Aurora
Fotos: Estela y Aurora