Participantes: Iván, Marc, Pimpollo, Sevi y Salva El Equipo Tracalet desplazado a Mallorca se aventuró en el descenso del Torrent des Lli, en Mallorca. Un barranco seco que, aunque considerado de iniciación, presenta una serie de rápeles que exigen atención y buena gestión de cuerda. Incidente de acceso: Mientras nos preparábamos junto al vehículo de cabecera (zona de aproximación), un vigilante de seguridad nos informó que el acceso no estaba permitido. En ese momento, un vecino que pasaba en coche por la carretera se detuvo al vernos equipándonos. Nos preguntó en mallorquín sobre nuestra intención y, tras una breve conversación en valenciano por nuestra parte, comprendió que éramos un equipo preparado y nos autorizó a realizar el descenso. Primer obstáculo superado gracias al diálogo y el respeto mutuo.
El descenso: El barranco cuenta con un total de 10 rápeles según la topografía: R-1: 9 m R-2: 22 m R-3: 9 m R-4: 7 m R-4a: 30 m R-5: 12 m R-6: 54 m (dividido en 40 m + 15 m) R-7: 11 m R-8: 12 m R-8a: 20 m R-9: 30 m R-10: 6 m (tobogán opcional) Aunque el descenso transcurrió sin incidencias graves, las cuerdas alcanzaron temperaturas muy elevadas debido al roce y al uso continuado. Es aconsejable mojar las cuerdas antes de comenzar este barranco, especialmente en días calurosos o con grupos numerosos. En esta ocasión no se hizo y, como consecuencia, uno de los compañeros sufrió una quemadura considerable en el brazo provocada por el sobrecalentamiento del descensor. Tras la actividad, fue necesario acudir a una farmacia para tratar la lesión. Anécdota importante: Durante el recorrido, Iván extravió su cartera, que había retirado del bote estanco. Contenía documentación personal y dinero. Días después, la Policía Local de Mallorca, en coordinación con la Policía Local de Valencia, localizó a Iván para informarle que la cartera había sido recuperada con todo su contenido intacto. A día de hoy, Iván mantiene el deseo de encontrar a la persona que la halló para poder agradecerle personalmente e invitarle a una buena paella. Final del descenso y celebración: Tras completar el descenso y realizar la combinación de vehículos, el equipo se dirigió a una cala cercana con puerto deportivo donde, ya relajados y con el trabajo bien hecho, disfrutamos de una comida espectacular: arroz con bogavante que puso el broche de oro a una jornada intensa y llena de aprendizajes. --- Resumen técnico breve: Barranco seco con 10 rápeles (máximo 54 m). Atención a los roces y al calentamiento de cuerdas y descensores. Retorno accesible, terminando en el vehículo previamente situado. Reflexión final: Como buenos tracaleros, superamos los imprevistos con cabeza fría, cuerda firme y alguna quemadura de guerra. Y, como manda la tradición, terminamos donde mejor sabemos cerrar una jornada: alrededor de una buena mesa, con arroz, bogavante y brindis que saben a victoria. Así es el Tracalet: técnica, compañerismo y buen comer. Repetiremos.
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