martes, 25 de junio de 2024

Barranco de Mátalo



 






























Redacción y fotos Mario


lunes, 24 de junio de 2024

Travesia Cavallos-Valle, Red del Silencio.

Junio 2024. El Sistema Caballos-Valle, ubicado en la Red del Silencio, es uno de los recorridos integrales más largos del mundo, contando la travesía entre ambas bocas mencionadas con un recorrido total de 10.700 metros y un desnivel de -498 metros. En una comida de club, con el inestimable empujón que otorga la ingesta de diversas copas, chupitos y similares, se gesta la idea de realizar esta travesía. Se trata de todo reto al tratarse de una travesía con una duración media de 16 horas, si no surge ningún problema, con un amplio historial de rescates por agotamiento así que...¿Por qué no? En nuestra defensa diremos que algunos de los miembros del grupo ya se habían enfrentado con éxito a actividades de mayor envergadura, y que el resto habíamos acumulado experiencia los meses anteriores realizando otras travesías de la zona, por lo que nos sentimos preparados para afrontar este gran reto espeleológico. También ayuda saber que puedes "retirarte" por la salida de Canal, por la que se pasa al llegar al "libro", punto más o menos intermedio de la travesía (unas 10 horas), si bien lo que nos habían contado sobre la dificultad de esta salida no lo convertía en una idea muy apetecible. El libro es una curiosidad de esta travesía, cuando se llega a la altura de la salida de Canal hay una libreta colgada del techo y metida dentro de un saco impermeable donde apuntas la hora de llegada, miembros del grupo y dirección elegida para facilitar el trabajo a los equipos de rescate en caso necesario. En nuestro caso nadie tuvo que salir por allí. Nos desplazamos una vez más al Restaurante Coventosa donde como siempre Margari nos deleita con una estupenda cena y sus grandes conocimientos de las cavidades de la zona. Se decide dividirnos en dos grupos debido a lo complejo de la travesía, que por orden alfabético serán los siguientes: grupo uno Chema, Mario, Paco y Sonia, y grupo dos con Carlos Ibáñez , Carlos salsa, Frank y Raimon. El grupo uno entrará en primer lugar, separado una hora y media aproximadamente del segundo grupo con el fin de agilizar lo máximo posible los tiempos y también poder realizar la combinación de coches.

Hay un dato muy importante a destacar, que tiene que ver con la llegada a la Torca de Caballos; tras realizar la corta aproximación desde el coche, realizamos el descenso de una rampa equipada con cuerdas fijas, tras descender esta rampa observamos a nuestra izquierda una espectacular boca de una cueva, que nos hace pensar de forma clara que se trataba de la entrada a la travesía. Cuando entramos en esta boca, vemos que empezamos a descender un estrecho meandro que nos empieza a hacer sospechar de que no estamos en la torca correcta, puesto que no coincidía con la reseña estudiada. Con más motivo, cuando tras unos 10 minutos de descender, este corto meandro, no se encontramos con un primer pozo con una instalación muy precaria y que no coincide en absoluto con la reseña que llevábamos, por lo que decidimos volver atrás y explorar de nuevo la zona, puesto que sospechamos claramente que no estamos en la cueva correcta y que probablemente se trate de otra posible entrada al sistema.
Efectivamente, cuando volvemos a salir al exterior de la cueva y exploramos la zona, comprobamos que el correcto acceso a la Torca de caballos se trata de una empinada rampa que queda un poco a la derecha y que da a una pequeña boca oculta y difícil de encontrar. Si ya la travesía es larga, encima hemos perdido casi una hora de esfuerzo, pero no nos desanimamos; aunque intentamos señalizarlo bien, al segundo grupo le pasaría exactamente lo mismo, pero por suerte la supieron encontrar también. La travesía es espectacular, no la vamos a describir detenidamente aquí porque hay reseñas mucho mejores, el largo pozo inicial da paso a una serie interminable de meandros, galerías, laminadores, trepes y destrepes, marmitas, formaciones, río, caos de bloques... tiene de todo y si el físico y las ganas te lo permiten la disfrutas mucho porque además tiene tramos de galerías muy grandes.
La Torca de Caballos es una sucesión de de pequeños pozos y pasamanos, algunos de ellos algo regados (aunque este año con bastante menos agua de lo que habíamos leído en las reseñas, lo cual nos alivió bastante ya que esperamos llegar a la base bastante mojados y con frío, cosa que no sucedió), que nos encontramos totalmente instalados, lo cual nos hizo ganar tiempo, si bien cabe destacar el mal estado de algunas de las instalaciones, que daban algo de miedito solo de verlas. Cabe destacar que no es necesario neopreno para realizar la travesía, al menos con la poca agua que la encontramos nosotros, ya que aunque te mojas en algunos tramos de marmitas, luego te secas rápidamente.
El interminable y estrecho en algunos tramos meandro que sigue al pozo es espectacular, nos acompaña constantemente el agua, especialmente la zona de las Marmitas Profundas, equipadas con atléticos pasamanos que evitan que te des un buen baño. Recorrido este interminable tramo llegamos al Colector (Río Silencio), por donde viene de la derecha el cauce principal del sistema, abriéndose a nosotros como una puerta para girar y salir al mismo, una de las zonas que más nos gustaron de toda la travesía.
Una serie de galerías nos llevan hasta el sifón temporal, que en fuertes crecidas podría ser impracticable, nosotros lo encontramos totalmente seco sin darnos ningún problema. En estas galerías, cuando llegamos a una de las cuerdas fijas que tenemos que yumar, nos encontramos con la desagradable sorpresa de que un grupo anterior había dejado la cuerda enganchada unos 4 m por encima de nosotros, de tal forma que nos hubiera sido muy complicado el poder alcanzarla. Por suerte Mario se inventa una caña de pescar espeleológica para conseguir enganchar la cuerda y tirarla abajo, pero estuvo muy cerca de suponer un problema importante que pudiera habernos expuesto a una lesión por el poco miramiento de otro grupo (no del otro grupo de nuestro club, ya que yo formaba parte de nuestro primer grupo).
Tras recorrer más galerías llegamos al sifón de barro. Aquí tenemos dos posibilidades, o bien puede evitarse este sifón mediante una galería superior, para lo cual es necesario ascender una cuerda fija y posteriormente hacer un rapel que te deposita en la otra parte del sifón, ya casi al lado del libro del que hemos hablado anteriormente, o bien atravesarlo, opción que elegimos al ver que estaba totalmente practicable. Algunos de nosotros nos arrepentimos un poco de esta opción, ya que dicho sifón consiste en una larga rampa ascendente de barro muy muy resbaladiza por la cual la progresión es muy complicada y cansada, requiriendo un esfuerzo importante para superarlo; y por si esto fuera poco, inmediatamente tras salir del sifón está el estribo que consiste en una complicada escalada de unos 3-4 m en la cual, como su nombre indica, hay un estribo de cuerda fija que nos ayuda a impulsarnos con el pie izquierdo, a pesar de lo cual la escalada nos resulta complicada y tenemos que ayudarnos entre nosotros para superarla.
Llegamos al libro muy contentos porque en vez de las 10 horas que marca la reseña llevamos apenas 9 y nos sentimos todos bien, por lo que no tenemos ninguna duda de que vamos a seguir hacia Valle (por cierto hicimos tres paradas para comer y descansar en la travesía, una en el Colector, la otra en el Libro y la última en la zona denominada como la Playa). A partir de esta punto la travesía cambia y llegan los temidos 700 metros de laminadores, varias horas arrastrándose (si bien la mayoría de veces puedes ir de rodillas o incluso algo erguido), que nos parecen más llevaderos de lo que esperábamos, hasta la zona del Sáhara, con galerías de arena.
Solo nos queda seguir el río una vez llegados a la zona conocida como La Playa, donde nos encontramos el curso que ya seguiremos hasta terminar la travesía y salir por la cueva de Valle. En este punto algunos miembros del grupo empezamos a notar el cansancio con fuerza, pero ya "solo" nos quedan tres horas, aunque debemos superar aún los tres o cuatro enormes y confusos caos de bloques antes de terminar. Dichos caos dificultan mucho la progresión, ya que en algunos puntos resulta complicado encontrar la continuidad, lo cual se une a alguna zona expuesta y el castigo físico y psicológico que ya llevas llegado a este punto. En nuestro caso y gracias a nuestro compañero Mario los superamos con mucha rapidez, pero te pueden hacer perder bastante tiempo. Finalmente, tras superar el último caos de bloques, encontramos el agujero soplador, equipado con con cuerdas fijas, donde ya empezamos felizmente a "oler a calle" tras descenderlo. Va seguido de un lago en el que intentamos no mojarnos, no dándonos cuenta de que la gran boca ya está delante de nosotros, con gran alegría nos damos cuenta de que lo hemos conseguido, nos ha costado 15 horas realizar la travesía, un poco más que el segundo grupo que sale prácticamente media hora después de nosotros habiendo realizado la travesía en menos de 14 horas.
Felicitaciones, abrazos, mucha satisfacción unida a un fuerte cansancio, tenemos esta pedazo de actividad en el bolsillo y lo más importante la hemos disfrutado en todos los sentidos. Ahora a ver si conseguimos llegar a tiempo de recuperar todas las calorías perdidas. Redacta: Chema. Fotos: todo el equipo.

jueves, 13 de junio de 2024

Avenc de Quatretonda


El Avenc de Quatretonda es una de las simas más emblemáticas de toda la Comunidad Valenciana. Con
sus 168,5 metros de profundidad sin duda es una de los más espectaculares que se pueden visitar. Las
cifras están ahí: dos pozos concatenados de 100 y 50 metros respectivamente.

Y por ello, además de por el compromiso contraído con la federación de hacer mediciones de las diferentes cavidades del territorio, el domingo nueve de junio nos desplazamos hasta el municipio de Quatretonda, lugar de inicio del acceso a esta sima. Allí nos reunimos Minerva y yo (Félix) con Javi y Sara, desde donde tras almorzar agarramos el camino de acceso. Éste discurre por pistas en buen estado que a través de bancales y casetas en cuestión de 15 minutos nos deja en el parking.

Nos pertrechamos y organizamos el material para acometer el descenso, e iniciamos la aproximación de 5 minutos en suave pendiente.

Protegida por una reja, su boca, amplia, ya nos deja hacernos una idea de lo que hay más abajo. 

Decidimos que me encargue de la instalación, así que comienzo el descenso con Javi. Pasamanos para salir a la vertical, que de manera súbita nos deja con 100 metros de caída libre a nuestras espaldas. 

Equipada con anclaje químicos que buscan el descenso más cómodo a la par que los paños de roca más fiables, es sencilla de montar, si bien es preciso ir haciendo alargues de vez en cuando y tener en cuenta la orientación del mosquetón una vez que coja peso, ya que las argollas de los tensores son traicioneras.

                       

Poco a poco descendemos hasta encontrarnos en una repisa que obliga montar pasamanos para bajar los últimos veinte metros del primer pozo.

En forma de campana, a menos cien, el avenc se torna espectacular. De proporciones gigantescas, el volumen es enorme. La luz penetra de manera exigua hasta este nivel, dando un ambiente mágico al lugar.       

Continuamos montando un largo pasamanos de acceso hasta el segundo pozo. Hay que rodear un gran bloque para acceder a él ya que el acceso directo nos deja en una peligrosa zona de piedras.

Con tres fraccionamientos, él último de treinta metros, estamos en el suelo, desde donde ya caminando por un cono de derrubios, llegamos a la famosa garrafa concreccionada. Bajando un poco más, tocamos su cota inferior donde realizamos la medición de CO2. 

                           

                         

                         

                         

Y nada, a salir. Javi desmonta. Yo le apoyo con el peso del material. Poco a poco vamos deshaciendo el camino que, con el peso, se hace algo pesada.

                                     

Terminada la jornada deportiva, montamos mesa y nos dedicamos a hacer comida/merienda comentando los momentos del día y, como siempre, tramando nuevos planes.

Como siempre, gran día!

martes, 11 de junio de 2024

Barranco Mascún y Oscuros de Balced


Un fin de semana más el Tracalet se mueve. Esta vez toca hacer una visita a Guara con el objetivo de realizar el descenso del Mascún. Y como guinda del pastel, Oscuros de Balced.


Aunque el Mascún es un barranco más bien de primavera por su régimen de tipo torrencial, este año debido a las lluvias se ha mantenido con buen caudal hasta la fecha elegida: último fin de semana de mayo. De hecho, la previsión con respecto a Oscuros nos marcaba que podría ir alto incluso.


El viernes a primera hora de la tarde, nos ponemos en marcha. Dos coches. Carlos, Minerva y yo (Félix) en uno; y Jordi, Javi Masca y Arturo en el otro. Javi y Sara vendrán por su cuenta y nos reuniremos con ellos al día siguiente. Viaje apacible que nos lleva a Rodellar, donde hemos alquilado un apartamento, en apenas cinco horas.


Durante la cena se perfilan los horarios. Se decide hacer el sábado el barranco Mascún por su longitud y dejar para el domingo Oscuros.


A las siete de la mañana estamos caminando. Aproximación de tres horas según reseña que nosotros la dejamos en dos y media largas. Preciosa en sí misma, totalmente aconsejable como excursión senderista. Consiste en remontar el barranco desde Rodellar hasta coger el camino del despoblado de Otín, para ya ir a buscar el cauce tomando dirección noreste. Realmente espectacular, con un valor paisajístico incalculable y que como único reseñable aparte de su duración, es la cuesta que toca lidiar para llegar a la planicie de Otín. Bosque mediterráneo, sobre terreno kárstico que poca antes  de llegar al cauce nos deja zonas de conglomerado, todo ello rodeado de una exuberante vegetación.


A las 10:00 estamos cambiados y en la cola…así es este barranco. Uno de los más famosos de la península y de los más visitados. Entramos a las 10:40 y empieza la diversión. 

El saltadero de las Lañas. Salto de ocho, salto de dos, rápel de doce y salto de seis. Así, a lo tonto, para empezar. 


                                          

Hemos tenido suerte. Caudal medio y agua cristalina (y fría!). El barranco no ha podido empezar mejor.


Llegamos a las cascadas de Peña Guara. Salto de siete, salto de dos y rápel de doce. Qué disfrute de barranco!


                                          


Un poco de aquatrekking y enseguida estamos en los Oscuros. De lo más bonito que se puede ver en la vida, el cauce se interna en la roca, la cual forma una bóveda de veinte a treinta metros de altura. Y como hace curva, hay una zona donde apenas se ve, lo cual le da otro puntito más de emoción.


Llegamos a los estrechos que como colofón nos coloca en el Pozo Negro. Rápel divertido en el que te has de colar por una ventana en el suelo por donde cae el agua y que te deja al pie de un desfondado donde el ambiente que forma la roca y el agua es indescriptible.


                                              

                         

                                              


Un par de saltos más, un rápel y fuera. Nos toca andar hasta el Caos de Otín donde tres de los compañeros deciden esquivarlo. Los demás a disfrutar de los destrepes, un salto bonito y un par de rápeles más.


                                                  


Y a caminar. Paisaje de nuevo impresionante. Metidos en el cauce con agujas cuyos vértices se encuentran cientos de metros por encima de nuestras cabezas, rapaces sobrevolando el territorio, vegetación exuberante. En un par de horas estamos en Rodellar de nuevo. Y qué pesada se hace la subida hasta el pueblo!


                                               


Tarde de charla y noche de cena. Compartimos momentos del día, hablamos de planes pasados pero sobre todo futuros, y a dormir. Levantados desde las seis, con diez horas de actividad y veintiún kilómetros en el cuerpo no es excusa ligera para acostarse prontito, porque al día siguiente nos esperan los Oscuros del Balced.



                                        


Barranco corto, de media jornada. Pero con una de las aproximaciones más impresionantes que se pueden hacer. Tomemos estas caminatas como parte de la actividad y démosle el valor qu tienen. Desde el parking comienza la subida para en media horita larga plantarse en la misma pared del Balced cientos de metros por encima de su cauce. Con unas vistas dirección norte donde se contempla el gran corte que ha hecho en la sierra este río a lo largo de millones de años y al fondo, se pueden ver los picos nevados del Pirineo sobresaliendo entre todos ellos el Monteperdido. Por pedrera algo incómoda y de manera vertiginosa descendemos al cauce para encontrar un espléndido bosque de ribera por el que hay que caminar ya llaneando veinte minutos más.


Efectivamente va algo alto de caudal, pero totalmente practicable (normal-alto sería lo más correcto). El primer rápel es bajo cascada. No cubre así que sin peligro bajamos al caos donde culebreamos poco a poco. Más estético que deportivo, el barranco se nos va ofreciendo de manera amable. La pimienta la pone el ambiente. El rugir del agua, el juego de luces, los pasos entre las rocas. Es una experiencia tan sobrecogedora a veces que resulta complicada de describir. Llegamos al sifón que se pasa sin problemas y nos deja en los estrechos. Paredes que casi llegan a tocarse y nosotros encajados allí dentro, cientros de metros de roca por encima. 


               

El último rápel nos muestra la realidad del caudal. Tenemos movimiento a evitar. No te puedes quedar dormido si no quieres pasar un mal rato. Bajo primero a comprobarlo haciendo un rápel pendular. Salto a un metro de la superficie soltando la cuerda e impulsándome lejos. Y aviso: OJO, AL LORO!! Unos deciden saltar, otros montan un desviador recuperable. 


              


Un poquito más de caminar y nadar ya por cauce abierto y sin dificultad. 


                                



Y el retorno, media hora larga cuesta arriba que se hace algo pesado por el cansancio ya acumulado. Ayuda la sombra puesto que estamos rodeados de bosque.


                                       

En los coches ya, nos cambiamos y damos un bocado rápido. Volvemos a casa con un buen sabor de boca. 


Grandes!!