Teníamos pendiente desde hace
mucho tiempo esta cresta, una de mis actividades preferidas en la montaña,
aunque la mayoría de los que fuimos repetían y solo habíamos 2 primerizos. Así
que después de varios intentos al final se fijó para esta semana, justo cuando
ha caído la de Dios por Valencia e iban todos los barrancos cargaditos, pero
aunque tenía mis dudas de hacer un barranco en vez de la cresta me alegro de
haber hecho la cresta pues es muy divertida.
Salimos camino de la frontera
natural entre Alicante y Valencia Manu, Pit, Antonio, Vicent, María y un
servidor, Fernando.
La cresta en sí es, como
definirla … bastante crestosa , no da respiro y tiene algunos patios que ni en
colegio pijo. Tot p’amunt y algunos pasos más delicadillos pero nada
especialmente complicado, al menos si no vas el primero. Desde luego hay que
hacerla con alguien que controle de escalada.
Tardamos unas 6 horas y media
desde que salimos del coche hasta que volvimos, el coche lo dejamos en la casa
forestal cogiendo una pista que hay nada más pasar Beniatjar. Aquí se ve la
cresta casi enterita, desde ahí se coge una pista a la izquierda (camino
Marjaletes) hasta que te topas con la cresta, nosotros bordeamos la cresta y
subimos camino de un collado sin llegar a él junto a la cresta por una empinada
cuesta unos minutos hasta que nos unimos a ella, dejándonos el principio de la
cresta para la próxima, nos equipamos y a correr. Yo en este punto iba con un
calor de muerte y me había bebido 1 de los 2 litros de Agua que llevaba, mal
panorama pintaba, afortunadamente luego en la cresta pegaba aire y se iba bien,
si no … vaya infierno, mucho ojo con hacer esta cresta en verano, te puede dar
un yuyu.
Una vez en la cresta es bien
fácil, las posibilidades de perderse son menos que nulas. Al principio ves lo
que te espera
Casi todo son trepadas al
principio con menos patio y siempre hay un agarre donde lo buscas, con cuidado
de no pillar piedra suelta, caerse en esta cresta chungo chungo.
Al cabo de un ratito como
aparecido de la nada nos encontramos con Toni Toon que subía por un sitio secreto solo conocido
por él, parecía que venía de haber peleado con una jauría de gatos salvajes
pues la “canal” utilizada se ve que no estaba limpia del todo. Paramos un
ratito, tomamos fuerzas y a seguir.
Las vistas son chulas y mola
mirar para bajo de cuando en cuando para ver lo hecho. Si la comparamos con
la de Bernia (por proximidad) quizás la de Bernia tiene mejores vistas pues
está junto al mar que le da el puntito del gazpacho, pero está es más técnica,
con cual quedarse? fácil, con las 2.
En un momento dado sacamos las
cuerdas de las mochilas pues la cosa se ponía más sería, quizás más por los
patios que por el aumento de las complicaciones. Pit iba abriendo, entre Pit y
Vicent lo montaron todo que da gusto, Manu al final de coche escoba recogiendo
material y yo en medio haciendo lo que podía, que no es mucho. Da gusto ir con
gente profesional !
Está bien de cuando en cuando
mirar hacia atrás para ver lo hecho
Llegamos al famosos paso de caballo al cual alguno no hace caso a
su nombre y lo pasa cual bailarina en el lago de los cisnes, adivina quién. Yo
sentadito y con buena letra, eso sí, nada más pasarlo de pie “pa la foto”.
Ya casi al final viene lo más
complicado al menos para el que instala, si hubiera sido yo sería un paso de 8a
con dificultades dignas de dioses, una vez pasado el primero se convierte en un
facilito IV+ sin chispa ni nada, lo que si se ve es un vestigio de lo que fue
en otro tiempo, un clavo oxidado que era hace unos años el único punto para
asegurarse ya más o menos a mitad de la corta vía, eso sí. Y es que antes, los
tipos eran más duros, hoy en día nos hemos echado a perder. La cresta por
cierto, da la sensación de estar sobre-equipada.
Después de esto, foto en el mojón
del grupo, que no tengo, y bajar por el sendero hasta el coche en busca de la
ansiada, soñada y reconfortante cerveza.
Redacción: Fernando Rausell.