sábado, 3 de mayo de 2025

Barranco Bolomor, 3 Mayo 2025.

La idea era montar una salida barranquista para los compañeros y compañeras del club que tienen menos experiencia. Tras haber realizado algunas prácticas de iniciación en el roco, era buen momento para proponer un barranco factible para todos los públicos. Así, se me ocurrió proponer el descenso del barranco Bolomor, en Tavernes de la Valldigna. Es un barranco seco, fácil, corto, aunque con una aproximación un tanto exigente. Se trataba de un barranco desconocido para todos los participantes, incluso para mí, aunque tenía referencias de su escasos compromiso y nivel técnico, y también de su belleza y exuberante vegetación (que apenas molesta), impropia de nuestras tierras. Durante la semana a la salida se unen Mireia, Clara, Carlos y Lorenzo. Como se trataba de implicar, en este caso, a las menos experimentadas, planteo previamente que Mireia y Clara se encarguen de buscar información del descenso en la web, incluyendo: ubicación, ruta hasta el aparcamiento, track de aproximación y retorno, número de rápeles, altura del rápel más alto… y de que propongan el material necesario para el descenso, incluso las cuerdas que debemos portar. Argumentado el material necesario y con toda la información requerida en nuestra manos, aportada por las participantes, se plantea el descenso para el sábado día 3 de mayo.

Nos vamos con un solo coche, el cual dejamos en el aparcamiento indicado en la reseña que llevamos. Justo enfrente se observa la entalladura que el barranco objeto de nuestro descenso a labrado en la montaña. En las faldas se encuentra la cueva de Bolomor, un yacimiento del paleolítico, del cual el barranco toma su nombre. No sin esfuerzo y tras varias paradas para tomar aire concluimos la aproximación hasta el cauce, invirtiendo más de una hora para la subida. Menos mal que el día no está totalmente despejado y las nubes nos protegen de los rayos del sol, que en esta época del año y estas horas, ya calientan.
La bajada al cauce, empinada, ya expone la exuberante vegetación que nos va a acompañar en prácticamente todo el descenso, donde apenas entran los rayos del sol. Los cinco nos quedamos un tanto asombrados ante tal espesor vegetal, tanto color verde y frescor, exaltados, seguramente, por las lluvias de marzo y el buen tiempo de abril. El paso de los barranquistas, que se intuye un tanto frecuente, permite el paso entre árboles, arbustos y alguna que otra zarza.
Llegamos así avanzando por el lecho del barranco unos quince minutos más, incluyendo algunos destrepes, hasta que llegamos a la primera reunión, que salva un desnivel de casi 30 m., donde encontramos dos rápeles seguidos de unos 11 m. y 16 m., aprovechando una plataforma intermedia. Nos ponemos los arneses y nos equipamos con los cacharros. Ha sido bueno que Carlos y Lorenzo también se hayan aventurado en esta ocasión, así uno se quedará arriba en reunión, otro bajará el primero y se quedará en la reunión intermedia, y el tercero descenderá hasta la base del segundo rápel para asegurar al resto.
Carlos instala el primer rápel. Bajo yo a la reunión intermedia, y siendo que esta queda un tanto elevada sobre la plataforma inferior, decido aprovechar para que Mireia y Clara practiquen aquí el paso de un fraccionamiento. Lorenzo baja después y se queda en la base asegurando. No sin algún apurillo para Clara en este fraccionamiento, todos superamos este paso. Los rápeles siguientes no nos plantean ninguna dificultad. Tampoco los destrepes equipados que nos encontramos. El cuarto y último rápel es sin duda el más bonito y canalizado del descenso.
Sin más percance acabamos el descenso, y como estamos cansados, decidimos no visitar en esta ocasión la cueva de Bolomor y marchar en busca del coche para comernos el bocadillo y buscar a continuación un bar en Tavernes para completar la tarde que, al final, ha resultado amena y divertida con una fantástica compañía !!! Javi M.

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