Para el sábado 10 de Enero, propone José Dolz la visita a la Sima de la Campana que está junto al municipio de Alcublas, pueblo donde vivieron sus ancestros y encontrada por él después de mucho caminar y preguntar a pastores. Al principio sólo nos apuntamos Raquel y yo, por lo que la salida peligraba por el escaso número de participantes, pero en la reunión del grupo de los viernes se animaron Carlos y Arturo, por lo que todo estaba ya encaminado.
Nos citamos en la gasolinera Repsol junto al Kinépolis, donde ya estaba Raquel haciendo compras de material en el mercado negro. Una vez realizadas las transacciones nos dirigimos al municipio de Alcublas al encuentro de Arturo que iba allí directamente. Estando ya todos los miembros, nos tomamos un café en un bar del pueblo y nos dirigimos a la sima. Por el camino pudimos observar el terreno que ha quedado desolado por un incendio producido hace dos años hasta llegar a la boca de la sima.
Ya en la sima,
procedimos a dar un bocado antes de entrar.
Y mientras tanto,
casi sin darnos cuenta, Jose ya tenía instalada la cabecera del
primer pozo para empezar el descenso.
Empezamos el
descenso con un pozo de unos 30m y observando al llegar abajo que la
sima se ha creado por una diaclasa.
Para probar la
nueva adquisición de Raquel, el primero pozo lo baja Jose con el
descensor de Raquel. Posteriormente, hay una pequeña rampa hasta la
llegada de un nuevo pozo de unos 30m, el cual lo desciende también
Arturo con el nuevo descensor para probarlo.
Tras el descenso
del pozo y diversos destrepes y rampas llegamos al final de la sima,
siendo Raquel la única que decide llegar hasta el fondo de la misma
a pesar de la dificultad del paso para llegar al mismo.
Tras salir Raquel
de la última sala, no sin un gran esfuerzo, por la estrechez de la
grieta de salida de la sala más profunda, procedemos a realizar el
ascenso.
Carlos decide
realizar la desinstalación. Al llegar arriba y desinstalada la sima,
y todo el material recogido, Jose nos enseña otra sima que está a
pocos metros de la que acabamos de realizar y la cual se puede
visitar sin equipos, pero nos encontramos nada más entrar que ha
habido un derrumbe, quedando sólo visitable unos pocos metros.
Volviendo al
pueblo de Alcublas, realizamos una parada en otra sima que está
junto a la carretera y la cual Jose quiere inspeccionar pues sale un
considerable chorro de aire de su interior, lo que es bastante
interesante.
Posteriormente,
continuamos con los coches hasta el pueblo para realizar la parada
de rigor en el bar para tomar una cerveza, donde acabamos comiendo
por las horas que se han hecho.
Otro gran día
disfrutando de la espeleología, de la montaña y sobretodo de la
compañía.
Redacción y fotos: Josep
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