Con retraso debido a mis exámenes pero con cariño, procedo a explicar nuestra experiencia, para algunos la primera, en el verde valle de la Valdigna, a poco más de una hora de Valencia.
La ferrata, corta pero intensa, se trata de una actividad que no ocupa mas de media mañana, por lo que Roberto, el promotor de la salida la culminó con una pequeña caminata montaña a través, que nos llevó a alcanzar la cumbre de Les Tres Creus de Tavernes.
Pese a no destacar la altitud de las montañas que la rodean, su cercanía al mar y el gran valle nos deleitaron con unas vistas espléndidas.
Al inicio de la ferrata nos encontramos con un corto puente tibetano, al que accedimos montando nuestro primer y único rápel.
El primer tramo, lleno ya de escalones metálicos nos hizo activar nuestros músculos preparándonos para el siguiente tramo, La verticalísima Penya Roja, con una entrada solo apta para auténticos “ferrateros”, con fuertes tintes de escalada que nos hizo sudar un poco.
En este punto se decidió montar una cuerda para ayudar a aquellos que lo necesitaran, antes de continuar el vertiginoso ascenso.
El trazado aéreo y el espaciamiento de los agarres hizo templar los nervios de más de uno, especialmente en un tramo horizontal, a unos treinta metros del suelo.
Finalmente la via nos dejó en la linea de ascenso hacia la cima de este hermoso peñasco.
A partir de aquí, caminata hacia Les Tres Creus guiados por el GPS de nuestro querido amigo Roberto, lo cual fue de una ayuda fundamental.
La vuelta para el descanso y la cervecita son ya tradicionales en nuestras salidas.
Fue un espléndido día soleado, rodeados de naturaleza, un poco de adrenalina y la compañía de buena gente, con ganas de disfrutar.
Redacción y fotografía: Judit
0 comentarios:
Publicar un comentario