El poeta del grupo lo definió el barranco como agreste y salvaje, a otro hasta le gusto y los demás callábamos y otorgábamos. Otorgamos y comíamos y bebíamos, porque el barranco no es gran cosa pero la comida era de alto gourmet.
El barranco está entre Montán y Montanejos, si haces la aproximación se ve que son 2 horas, nosotros (Jorge, Borja, el **** amo, Salva, Alberto, Mónica sin Toni, Lucia, Carlos, Mario y un servidor) hicimos combinación de coches, ojito con esta pues aproximadamente es de 1 hora.
Pero primero se quería un esmorçaret que debido a la cháchara , jolgorio, algarabía general y los viva el vino! que no faltó quizás se alargó más de lo necesario., si lo sumas a la aproximación te queda una hora de entrada en el barranco digamos que no era de noche pero vaya, tarde si.
El barranco en si tiene 15 rapeles, muchos, si no fuera pq más o menos la mitad son destrepables y de poca dificultad, adecuado para principiantes y cursillistas que se les veía bastante sueltos.
La buena noticia es que el camino está bastante despejado y la maleza en ningún momento molesta, parece que en este aspecto ha mejorado bastante y lo han limpiado pues por crónicas anteriores salías con más pinchazos que el toro de la vega.
Quizás la parte más bonita es la parte final que el barranco se une con una ferrata que va a una zona de escalada con un par de rapeles de 20 metros. Las instalaciones están en buen estado.
Barranco de coleccionista. Si vas en verano y luego te pegas un baño seguro que mejora.
Del barranco salimos a las 4 y pico, falta volver a por el coche, total que comimos a la hora en que Noruega están cenando, pero es que todo lo bueno se hace esperar y lo bueno fue el pisto las llongas y la tarta de postre creaciones de la cumpleañera … vítores generales.
Redacción: Fernando R.
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