DESCENSO REALIZADOS: FORCOS, BERGAZO, OS LUCAS, FURCO, GLOCES, ESTRECHOS DE CARRUACA.
Actividad: Combinación de los barrancos Bergazo y Forcos (Aguilar)
Fecha: Viernes 13 de junio
Participantes: Iván, Carlos Ibáñez y él Elvis
Aprovechando el arranque del Ibercanyon, el Equipo Tracalet desplazado a Boltaña decidió no perder ni un minuto. Tres compañeros —Carlos Ibáñez, Vicente (alias “él Elvis”, invitado de lujo que encajó desde el minuto uno) e Iván— salieron el jueves por la tarde para estar listos a primera hora del viernes 13.
Dejamos el coche en Bergua y bajamos a las pasarelas del Forcos, que cruzamos para tomar el sendero señalizado dirección Escartín. Tras unos 50-60 minutos de subida, encontramos un hito claro a mano derecha. Desde ahí, por un sendero prácticamente llano (a veces se pierde un poco, pero es evidente), llegamos al cauce del Bergazo tras unos 20-30 minutos más, en total una aproximación de entre 1h20 y 1h30. Entramos directamente en el Rápel 4, dejando atrás los tres primeros rápeles que son más cortos y de poca entidad.
El Bergazo tiene un total de 15 rápeles, siendo el más largo de 23 metros. El caudal era bajo, pero con agua suficiente para disfrutar. Aquí vino el primer momentazo del día: él Elvis hizo el Bergazo entero sin neopreno, en bañador. Nosotros sí que nos lo pusimos tras la primera poza. Él aguantó con dignidad todo el tramo y consiguió esquivar todas las pozas… menos una, donde al intentar salir haciendo el mico por una roca, acabó dentro. Baño completo, pero sin problemas: el agua estaba muy agradable y la temperatura acompañaba.
Al llegar justo antes del último rápel, en vez de continuarlo (instalado en un natural desde un árbol), tomamos un sendero evidente a la derecha, que en 15-20 minutos nos dejó en el inicio del siguiente objetivo del día: el barranco del Forcos (también conocido como Aguilar).
VIERNES 13. DESCENSO DEL FORCOS Y BERGAZO
El Forcos, con caudal normal y constante, presentaba un entorno muy diferente. Aquí sí que nos pusimos los tres el neopreno, ya que el agua estaba bastante más fresca y más viva. El descenso, con 2 rápeles principales (13 m y 10 m) y un salto de 4 m, lo hicimos completo sin sacar cuerdas. Todo era destrepable o saltable, y muy disfrutón.
La actividad completa nos llevó unas 6 horas, tomándola con calma. Hay que decir que Carlos y él Elvis son mucho más rápidos que yo, y aunque me sacan 15 o 20 años, su forma física es brutal. En mi caso, además del ritmo, tuve varios momentos incómodos porque mi neoopreno me molestaba mucho, y eso me fue frenando más de lo habitual. Aun así, como buen equipo, adaptamos el ritmo, disfrutamos del entorno y lo pasamos genial.
El barranco termina en las emblemáticas pasarelas del Forcos, donde aprovechamos para cambiarnos y en unos 20 minutos de retorno, estábamos de nuevo en el coche.
Barranco Bergazo: 15 rápeles (máximo 23 m). Entrada por el R4. Aproximación de 1h20–1h30 desde Bergua. Caudal bajo.
Él Elvis sin neopreno, solo se mojó una vez. Agua templada y sin incidencias.
Sendero evidente antes del último rápel que lleva al Forcos en 15-20 min.
Forcos: 2 rápeles (13 m y 10 m) + salto de 4 m. Caudal normal. Agua fresca. Neopreno obligatorio. Sin uso de cuerdas.
Duración total: 6 horas de actividad, a ritmo relajado.
Reflexión final:
Gran decisión la de haber salido un día antes para hacer estos dos barrancos. La combinación Bergazo–Forcos es, sin duda, una de esas obligatorias si estás por la zona. El Bergazo fue refrescante y el Forcos, directo y juguetón. Jornada completa, bien aprovechada y con el ritmo que tocaba.
🧭 Actividad: Combinación de los barrancos del Furco y Las Gloces
📅 Fecha: Sábado 14 de junio
👥 Participantes: Iván, Mario, Ana Cristina, Carlos, José Luis, María Jesús, María, Marilena, Sevi, Xavi y él Elvis
📍 Ubicación: Zona de Broto – Encuentro Ibercanyon 2025
El segundo día del encuentro Ibercanyon decidimos juntarnos todos para hacer una actividad colectiva. Éramos un total de 11 personas. Algunos compañeros que venían con pequeñas molestias decidieron no hacer barrancos y se quedaron en Boltaña, participando en la gincana y en la exhibición de rescate del GREIM organizada por el evento.
En un primer momento pensamos en dividirnos por niveles de experiencia, pero finalmente optamos por disfrutar la actividad todos juntos.
Elegimos la combinación de Furco + Las Gloces, una decisión de 10: barrancos visualmente espectaculares, asequibles y muy disfrutables. El día prometía.
Al llegar al Furco, mientras nos cambiábamos, vimos cómo varios grupos grandes nos adelantaban y se metían al barranco. Nos dio un poco de rabia, pero una vez dentro, la actividad fluyó con bastante agilidad gracias a que los primeros rápeles tienen doble instalación, lo que permitía ir bajando de dos en dos sin mucho atasco.
🧗♂️ Barranco del Furco – Ficha técnica:
4 rápeles:
R1: 22 m
R2: 9 m
R3: 13 m
R4: 20 m
Bonito, corto, clásico y muy frecuentado. Ideal para grupos grandes.
Después del Furco fuimos al barranco de Las Gloces, entrando ya hacia el mediodía. Este barranco es un regalo visual: encajonado, con juegos de luz impresionantes cuando el sol entra desde arriba. Y lo pillamos en su mejor momento: entre la 1 y las 2 de la tarde. El sitio se explica solo… pero las fotos que hicimos dicen aún más.
💧 Barranco de Las Gloces – Ficha técnica:
6 tramos, aunque solo se usan cuerdas en 2:
R1: 12 m
Otros: estreps, toboganes, saltos
Muy estético, accesible y con retorno duro pero corto (~40 min de fuerte pendiente)
🎒 Reflexión final
Un día redondo.
Nos reímos, compartimos, nos apoyamos, y disfrutamos de cada paso y de cada salto. Nos hicimos mil fotos, paramos a admirar cada rincón y terminamos con la sensación de que la montaña nos había regalado algo grande.
Así da gusto hacer grupo.
Y así se construye el espíritu Tracalet.
🟡 Crónica alternativa del sábado 15 de junio – Los que se quedaron en Boltaña
Mientras una parte del grupo se calzaba el neopreno y se lanzaba a combinar Furco y Las Gloces, otro escuadrón más tranquilo pero no menos entregado decidió quedarse en Boltaña y disfrutar del ambientazo del evento desde otro ángulo.
Algunos venían con molestias físicas, otros simplemente quisieron aprovechar el día de otra forma, y todos acabaron viviéndolo a su manera, entre juegos, rescates y buena comida. Este es su relato:
🏁 Gincana barranquista
La mañana arrancó fuerte, con una gincana a pie de río que despertó risas, piques sanos y algún que otro chapuzón inesperado. La organización propuso tres pruebas:
Prueba de nado: cruzar el río cuatro veces, tocando balizas estratégicas y enfrentándose a la corriente. Aquí no valía nadar a lo loco: tocaba leer el flujo y gestionar el esfuerzo como buenos tracaleros.
Prueba de equilibrio: manos y pies sobre zonas marcadas en rocas, estilo "Twister montañero". Se simulaba el avance por un caos de bloques, y más de uno acabó en posiciones poco dignas pero muy graciosas.
Prueba técnica: ascenso por cuerda fija, pasamanos y final por tirolina. Aquí se vieron dotes de técnica, improvisación… y algún grito al despegar.
🎉 Lo mejor: nuestro presidente Marc lo dio todo en las tres pruebas y acabó segundo en la clasificación general, ganándose con orgullo una saca de barrancos como premio. ¡Grande, Presi!
🟩 Exhibición del GREIM – Guardia Civil de Rescate
Al terminar la gincana, la siguiente parada fue la esperada exhibición del GREIM, que montó un operativo completo de rescate con camilla en el mismo río.
Se izó a un supuesto herido con polipasto, se cruzó a la otra orilla mediante tirolina, y se mostró cómo se trabaja en situaciones reales de rescate en cañones y entornos montañosos. Muy visual, muy profesional, y muy agradecido por parte de todos los asistentes, que pudieron charlar luego con algunos miembros del equipo.
🍽️ Cena del Ibercanyon – La traca final
Ya por la tarde, duchados y con ropa seca, todo el grupo se reunió en el evento central del Ibercanyon, que arrancó hacia las 19:00–20:00 h con comida, bebida y música:
Dos cerdos gigantes asados que se iban cortando a ritmo de hambre.
Paella de verduras para los más verdes (o los más cansados).
Barra libre, litros de risas, y buena música en directo.
La gente del pueblo se mezcló con los barranquistas. Historias de cañones, bromas y planes futuros llenaron la noche. Solo se echó de menos que durara más y que alguien hubiese pinchado algo de música electrónica para los más movidos del grupo.
Una jornada sin cuerda, pero con nivel.
Una experiencia alternativa, pero igual de rica.
Y una noche para recordar, dentro o fuera del agua.
Finalmente, al dia siguiente Carlos Y Elvis que aun conservaban fuerzas y ganas, decidieron hacer el barranco del Estrecho de Carruacas para volverse a casa con los deberes hechos. Grandes!!!
