lunes, 5 de mayo de 2014

Cronicas Murcianas



  El pasado puente del 1 de Mayo un grupo de irreductibles tracaleteros nos desplazamos hasta murcia para disfrutar de unos días de actividad. En total fueron 3 días. El 1 de Mayo la cueva Arco-Orón, el 2 la cueva de Solins, el día 3 la sima Destapada y el 4 fuimos a la Cueva del Pozo pero hubo un problema de localización y al final desistimos y volvimos a Valencia. 



Cueva Orón - Arco

El día del trabajo: 1 de mayo de 2014, ¿que hicimos nosotros? Pues nos fuimos a trabajar el cuerpo con una buena actividad de espeleo. La actividad en cuestión es la visita a la cueva del Arco entrando por la cueva de Orón. Es una cavidad que está situada en un acantilado de las inmediaciones de Cartagena (Murcia).
 Los integrantes de la visita éramos: Mar, Elena, Toni, Pit y Carlos.
A las 13:00 aproximadamente encontramos lo que sería la senda correcta de aproximación a la cueva después de que perdimos más de una hora por una camino equivocado. ¡Y qué senda!. No se trata de la típica aproximación a una cueva. La propia aproximación ya se trata de actividad espeleológica no apta para temerosos. La senda es muy estrecha y expuesta con terreno muy seco y erosionado donde un resbalón puede significar precipitarse ladera abajo sin muchas posibilidades de rehacerse antes de caer al mar desde una gran altura
Después de rato descendiendo por la senda del acantilado llegamos a una cornisa donde nos pusimos los equipos de progresión vertical ya que a continuación estaba un pasamanos que daba a un rapel con un fraccionamiento. Después, un poco mas de senda y alguna pequeña trepada con ayuda de cuerda ya instalada en fijo. Y de nuevo un nuevo rapel con un par de fraccionamientos. El tramo final es un volado de increíble belleza ya que se aterriza sobre una franja estrecha de terreno donde está la entrada a la cueva de Orón.  Esta franja tendrá aproximadamente unos cinco metros de ancho y cuyo final es pared con una caída al mar de casi 60 metros. Nos resguardamos del fuerte sol a la sombra que nos daba la entrada de la cueva y nos quitamos el equipo de progresión vertical ya que no es necesario para la visita. Nos comimos los sándwiches, y a dentro!
El suelo de la entrada de la cueva era de arena para luego pasar a ser de una mezcla de arena, sal y esquirlas de rocas. Un paso por una gatera que se erosionaba al más mínimo roce fue unos de los momentos más delicados. Parece como si todo ese terreno erosionado este aguantando un gran bloque que pasa por encima de la gatera. Muchas trepadas y destrepes algunos con ayuda de pasamos en fijo. Pasos por agujeros entre el derrumbe. Después de un rato llegamos a una sala con formaciones todas de sal. Y al final llegamos a la recompensa que esperábamos: los lagos salados de la cueva del Arco. Aquí los compañeros se enfundaron los neoprenos. Pero yo fiel a lo que había leído, solo en camiseta y bañador. El agua no estaba fría según mi apreciación; tan solo estaba un poco fresca. Con la ayuda de una balsa infantil pasamos las botas para que no se mojaran. Ya en la otra orilla nos pusimos las botas para recorrer los últimos metros para llegar a la cueva del Arco y el sifón marino que da al mar. Fue un momento de euforia contenida. Después del agotamiento contemplamos la belleza de como la luz de sol al entrar por el sifón y por la refracción de la luz produce que el lago sea transparente y de color verde turquesa. Nos dimos un baño merecido y unas fotos rápidas. En este lago aquellos que tengan un barco esperándoles en el mar pueden atravesar el sifón buceando y finalizar la actividad. Pero hay que valorar bien los riesgos: metros de recorrido buceando, oleaje que pueda provocar impactos con la roca, visibilidad, etc.
Como ya eran un poco más de las seis de la tarde rápidamente nos dimos media vuelta. Salimos por la cueva de Orón ya al atardecer e inevitablemente se nos hizo de noche mientras deshacíamos la senda que ya con la oscuridad y subiendo por ella que siempre es más fácil ya no me parecía tan imponente. A las 10 de la noche llegábamos al coche con un buen sabor de boca pero sin saber muy bien si merecía la pena del esfuerzo empleado por la recompensa de disfrutar del lago en la cueva del Arco. Ya descansado yo diría que sí.
 Redacción:Carlos.






Viernes, 2 de Mayo de 2014.
Cueva del Solíns. Fortuna. Región de Murcia. España

La actividad programada para el viernes es la visita a la Cueva del Solíns. Se encuentra en la localidad de Fortuna, algo retirada del punto donde nos alojamos, así que, tras una hora de camino aproximadamente llegamos a dicha localidad. Siguiendo la información sobre la aproximación que llevamos y unas coordenadas conseguimos llegar al lugar donde dejaremos estacionado el  vehículo y donde nos equipamos. Un breve trayecto en ascenso nos lleva a la boca.
Con un recorrido superior al kilómetro, es la red subterránea más extensa de Fortuna y una de las más importantes de la Región de Murcia.
En un principio la sensación es de encontrarte en una red laberíntica, pero en el momento en que somos capaces de ubicarnos en la topografía, es relativamente fácil moverse por la red y visitar todas sus salas y rincones, (o eso nos creemos…)
Se trata de una visita bastante entretenida pues alterna las salas grandes, que te dan un respiro y consienten que enderecemos las espaldas, con las de techo bajo que nos obliga a doblar el lomo o progresar a gatas, con los pasos gaterosos en los que es obligatorio arrastrarse por completo.
Encontramos un par de rincones hermosos: una pequeña sala de apenas 4 metros cuadrados de techo bajo plagada de pequeñas estalactitas blancas (o macarrones) y excéntricas y la sala de los Pasquines, donde encontramos una gran colada, estalactitas, estalagmitas, columnas estriadas, banderas y sabe Dios cuántas cosas más! (según la descripción que llevábamos…)
También a destacar los tubos de presión hidrostática blanquecinos los cuales hay que sobrepasar en oposición y que sólo se atrevió nuestro querido Pit.
Las anécdotas del día fueron varias: por un lado encontrar los Clypeaster, que resulta ser fósiles de equinodermos procedentes del Plioceno y que por supuesto no conseguimos ver… aunque los imaginábamos por todas partes;  la vestimenta de nuestras espeleólogas (lo dejo en el aire) y la “presencia humana” en los espacios reducidos, para los que estuvimos allí, nos entendemos…; y por supuesto nuestro grito de guerra autóctono: “Anda vaaaaaaaaaaaa!!!”
En resumen, fue un gran día.
Hasta la próxima aventura compañer@s!!!

Redacción:Ana.

Sima Destapada, Isla Plana.

Sólo nos animamos Toni, Pit y yo a ir... así que imposible plantearse toda la cueva ya que no es viable cargar todo el material que se debería llevar. Y es que la cueva llega hasta –230 m... De la que nos hemos librado, ufff!!! Además las reseñas no animan mucho al hablar de las elevadas temperaturas dentro de la cueva...

Así que decidimos marcarnos como objetivo visitar la sala Cartagena, dicen que la sala más grande de las cuevas de Murcia...

Llegamos a Isla Plana ¿adivináis por qué se llama así? ... tiene un “islote chafado” enfrente de la costa... Y aunque las aguas transparentes invitan a quedarse empezamos el peregrinaje a la sima... hay que subir hasta la montaña más alta que se ve...

Iniciamos el descenso... Los pozos de bajada conectan finalmente con una gran diaclasa. La base del último pozo te deja en el callejón de las Flores, fractura que comunica la sala Cartagena con el resto de la cavidad. Impresionante estas paredes que forman el pasillo, ya que están totalmente cubiertas de cristales de calcita y aragonito de colores blancos y ocres, ¡parece que te hayas hundido en un mar de corales!!! Y como el pasillo es estrecho es divertido avanzar por él, todo se te engancha...
Estas paredes se van abriendo y serpentean hasta formar la entrada a la sala Cartagena: una entrada de lujo!!!

A partir de la entrada la sala se va ampliando... realmente las dimensiones de la sala son muy amplias... no sabemos si el título de “la más grande” le corresponde, ya que también recordamos muy grande el espacio del primer lago de Orón.

Qué buena gente los murcianos, por todas partes de la cueva han dejado reservas de agua... ¡qué calor!!!


Ya en la sala, nos quitamos el equipo y reponemos fuerzas. No sé si será la más grande pero lo importante es que el recorrido da mucho juego... tiene zonas muy distintas: algunas paredes con tramos llenos de aragonito, en algunas zonas muy estropeado y sucio (sobretodo las zonas pisadas en el suelo) pero en otras resplandece con ese blanco nuclear y brillando con sus formas estrelladas, en otras parece algodón de azúcar, ... qué suave parece, jejje...;¿quién es el valiente que le echa bocado? en otro tramo las paredes están completamente marrones y aparecen resplandecientes las formaciones: estalactitas blancas muy puntiagudas y pulidas, manchas blancas en la pared que recuerdan los dibujos del test de Rorschach (sí, los dibujos de los psicólogos donde igual ves una paloma que la careta de batman), una columna espectacular (como si fuera una fuente de chocolate, de esas que ponen de decoración en algunos banquetes, en este caso de chocolate blanco)... ¡es la gran escultura de la sala! Qué preciosidad!
Estas formaciones marcan a su vez la entrada a la última zona de la sala... atravesando la zona de oscuros gours se llega a un rinconcito que remata el recorrido, como si fuera el altar de la sala, al que se accede a través de una pendiente ascendente.... En ella siguen apareciendo blancas formaciones de formas caprichosas y delicadas en las oscuras paredes: ¡Qué estalactitas!, como si las paredes sangren blanco!!! Otras formaciones adosadas a la pared tienen la forma de larvas de algún insecto que se haya petrificado... Y nos encontramos con el esqueleto de algún reptil muy largo que se incrusta en la calcita, éste sí que está petrificado (y menos mal que alguien se ha preocupado en balizarlo con reflectantes)
 
Pues ya no nos queda más que deshacer lo andado y empezar el ascenso.

Redacción:Mar.







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