sábado, 31 de julio de 2021

Pico Veterano y Gemelos Ravier

Nos juntamos en Benasque Raimon, Salva y yo para ascender al refugio de Estós con la idea original de hacer la cresta de Gourgs Blancs, pero debido a la mala previsión meteorológica para el sábado decidimos subir al refugio y ver qué podemos hacer una vez arriba.

Finalmente, descartamos la idea original de la cresta debido a la mala previsión, y decidimos intentar dos 3000's (Pico Veteranos, de 3125 m de altitud, y Gemelos Ravier, de 3160 m), eligiendo los citados debido a que gran parte de su ruta de acceso transcurre por el GR-11, lo cual nos daría una opción de retorno segura en caso de que el tiempo se complicara.
Tras el desayuno parece que el tiempo se aclara un poco y decidimos salir, una buena decisión ya que no nos llovió en todo el día.
La ruta desde el refugio de Estós asciende progresivamente por el valle de Estós hasta desviarse justo antes del puerto de Chistau para empezar la ascensión más fuerte y vertical a los dos picos.
A pesar de la constante niebla que nos envuelve casi todo el rato, la ascensión está bien marcada y salvo alguna trepada no presenta grandes dificultades. Una vez en cota 3000, nos aguarda una parte de cresterío sencillo pero donde no cabe relajarse, y tenemos la suerte de que justo antes de empezar la brecha de los Gemelos que une ambos picos, se abre la niebla y podemos disfrutar de una impresionante vista del Postes y su glaciar justo delante de nosotros.
Finalmente, cima!! Vemos debajo de nosotros la brecha Carrive, ya mucho más complicada de superar y que nos permitiría seguir ascendiendo hasta el Posets, pero eso deberá esperar a otro día ya que emprendemos rápidamente el laaaaargo descenso hasta el coche sin perder tiempo
En total el sábado nos sale una actividad de 24 km, unos 1600 m de positivo y más de 2000 de negativo, que unidos a la ascensión del viernes del refugio me deja las piernas temblando, no así a los dos jabatos que me acompañan a los que no se les parece acabar nunca la gasolina. 
Pero muy muy contentos de haber podido hacer una actividad que no esperábamos y de la que hemos disfrutado, nos vamos a Benasque a reponer fuerzas y a disfrutar del merecido descanso.

Redacción: Chema
Fotos: Chema y Salva2

domingo, 18 de julio de 2021

Barranco del Turche y comida de Verano

Como los domingos hay que aprovecharlos, decidimos hacer un barranco local previo al evento veraniego.
Jose, Kiko y yo quedamos a las 7.30h para empezar el barranco de Turche. Nota: No estaban todavía puestas las carreteras para llegar.
Es interesante hacerlo con combinación de coches (ahorras 1 hora de caminata al inicio o al final).
Sin gente ni arriba ni abajo nos equipamos rápido e instalamos ligeros. Gente que sabe lo que hace (ellos).

Hay que estar atentos a las instalaciones que no siempre son evidentes.
Barranco corto (poco más de 2horas) bonito y juguetón.
Tiene un buen salto sin complicaciones en la marmita grande previa a la principal abajo y otro más técnico para evitar un rápel. Desde arriba parece más engorjado que desde abajo, no obstante, no “probar suerte” si no se está seguro de lo que se hace.
Mención especial a la pequeña cueva que quiere tragarse el cauce y cuya bajada y exploración bien merece unos minutos previos al salto (posteriormente hay un cable donde anclarse para hacer la trepada con un plus de seguridad).
Se agradece que constantemente haya agua y las pozas no estén demasiado quietas.
Hay un par de zonas donde forzar la vertical del rapel. El primero no demasiado importante en un rápel 4 de unos 15 metros.
El segundo en el rápel principal 6 de 30 que tiene un desviador para proteger el cauce. Obligatorio usarlo o bien usar el pasamanos y hacer un nuevo rápel a la izquierda orográfica del cauce.
Recogimos y rápido nos encontramos con otros compañeros que prefirieron descansar un rato más por ser domingo y se activaron para comer. Muy cuidadosos y respetando todas las normas de protección debido a la situación del covid. La paella estaba increíble y si algo tuvo malo es que ya estábamos un poco hinchados con el Jamón que magistralmente cortó Sevi.
Una mención muy cariñosa a la despedida de Kiko, que se nos va “de momento” de tierras valencianas a continuar su labor en otra zona. Seguro que volveremos a coincidir y con las mismas ganas y la misma actitud positiva.
Tracalet es un club especial por su gente. Mucha calidad humana.
El baño en la piscina de Estela a última hora fue la guinda a un día estupendo.

Redacción: Víctor
Fotos: Jose y Kiko

sábado, 10 de julio de 2021

Barranquismo en el Valle de Pineta

Garganta de Lalarri


El pasado 10 de Julio nos dispusimos Carlos, Marc, Alfonso, Chema, Jordi, Mario, Salva, Marilena y yo a realizar este famoso barranco.
Había oído hablar mucho de él, que si era muy deportivo, que si era muy alpino, una joyita de los pirineos…y esa mañana no podía creerme que al final lo iba a hacer, que podría comprobar in situ si todo lo que se decía de él era cierto.
Situado en el Valle de Pineta, en los límites del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido podremos observar desde determinados puntos el glaciar de Monte Perdido o las Cascadas del Cinca.
Nos alojamos en el refugio de Pineta, madrugamos mucho y nos ponemos en marcha ya que sabemos que la aproximación es larga y dura, y más con las sacas a cuestas, ya sabéis.
La subida, al principio, no es muy dura, ya que vas ascendiendo por una preciosa senda que atraviesa un bosque de hayas; continuamos así pateando cuesta arriba y seguimos hasta la única tregua que parece que nos va a dar el camino, los llanos de La Larri, con sus preciosos prados llenos de flores alpinas (fundamentalmente lirios azules), algunas vacas remolonas y los silbidos de las marmotas que parecen darnos los buenos días.
Estos maravillosos prados nos conducen al segundo y más duro tramo de aproximación.
Prueba superada. En poco más de tres horas llegamos a la cabecera del barranco y el paisaje me compensa con creces el esfuerzo de la subida; el entorno es muy salvaje y solitario, de enorme belleza, los colores son vivos y se respira una serenidad contagiosa.
Hacemos un pequeño descanso y aprovechamos para almorzar algo y equiparnos.
¡ Comenzamos ¡ Nos esperan 5 horas de actividad y adrenalina; 15 rápeles espectaculares, el más largo de 55 metros.
Las aguas eran cristalinas y frías; un barranco de alta montaña en toda regla, de carácter abierto en algunos tramos pero con rápeles muy canalizados y que van por el agua, encontrando en algunas recepciones movimientos de agua.
Comentamos y acordamos que el rápel que más nos entusiasmó fue uno en el cual a mitad del mismo la roca se comienza a cubrir de una capa de musgo verde y todo lo que te rodea comienza a brillar gracias a los rayos que penetran de sol y que da lugar a que puedas visualizar al final del rápel un maravilloso arco iris con el cual abandonas la cortina de agua que te acompaña….un momento mágico, sin duda alguna.
Ahí vemos a Alfonso en el último rápel; ahora es momento de volver por donde hemos venido…satisfechos con la actividad realizada, emocionados y por qué no decirlo, cansados, pensando en las cervezas y el cenorrio que nos vamos a pegar y en que al fin, lo hemos hecho, lo tenemos, hemos descendido el famoso La Larri.


Redacción: Marta
Fotos: Mario, Marc, Carlos y Alfonso

Barranco de Fuenblanca


Tras la dosis de adrenalina del sábado con el barranco de La Larri, el domingo nos fuimos hacia otro de los barrancos de la zona: el Fuenblanca, que desemboca en el río Cinca, y del que habíamos leído que destacaba su belleza y, también, su dura aproximación y un descenso de 2 horas y media aproximadamente que lo hace ideal como actividad antes del retorno a casa. En esta ocasión el grupo está compuesto, en orden alfabético, por Alfonso, Carlos, Jordi, Jose Dolz, Marc, Marilena, Mario, Salva y yo mismo. La aproximación, efectivamente, es tal y como habíamos leído en las reseñas: una hora de aproximación por el bosque que queda a la izquierda del margen orográfico del barranco por pendientes que nos obligan a cogernos de los árboles o a lo que se pueda para progresar en algunos tramos. 
Es bastante conveniente llevar track para la aproximación, ya que la senda no está marcada en muchos tramos y es muy fácil perderse, de hecho teníamos la referencia de un grupo que no encontró la cabecera en días anteriores; sin embargo, gracias a un buen trabajo en equipo y mucha concentración, conseguimos llegar sin apenas dar vueltas a la cabecera, notando en las piernas el cansancio del día anterior, pero qué leches, nuestras ganas superan por mucho al cansancio acumulado. 

Enseguida nos encontramos con una de las muchas recompensas que nos va a ofrecer este barranco: un precioso circo de roca donde está la surgencia del barranco queda inmediatamente por encima de nuestras cabezas, y enfrente disfrutamos de una vista desde las alturas del valle de Pineta, al que descenderemos. El barranco no lleva un caudal de agua elevado en esta ocasión, pero sí el suficiente para que podamos disfrutar de sus cascadas. 
Después de cambiarnos y de reponer fuerzas, nos ponemos manos a la obra: el primer rapel, marcado de 35 metros en las reseñas y que queda inmediatamente por debajo de nosotros, nos llama la atención ya que su instalación es un poco precaria, a diferencia del resto de rápeles del barranco. Hay que prever antiroce para realizar este rapel, ya que hay un roce muy fuerte de cuerda que no es evitable; Mario nos deleita con otra nueva maniobra y monta un desviador humano a su propio cuerpo que empleamos todos para descender el rápel. Continuamos por una serie de destrepes sencillos; destaca el carácter abierto en todo momento del barranco, y su morfología arrampada, con una preciosa combinación de colores y un precioso descenso del agua, calificada por Alfonso como “la fiesta de la espuma”. 
La parte más bonita del barranco viene en la sucesión de rápeles que prosigue, el segundo de 35 metros es una preciosa cascada en la que nos metemos en el descenso, seguido de varios rápeles arrampados que nos ofrecen una estampa preciosa del descenso.
Finalmente, y como colofón, dos rápeles seguidos de 14 y 32 metros, con un fraccionamiento para el rápel de 32 metros que, si bien no ofrece grandes dificultades, nos hace ponernos las pilas de nuevo.
 Conviene evitar la poza que encontramos al descender el rápel de 14 metros por su derecha. También se requiere un antiroce para el rápel de 32 metros. Tras el descenso, el corto retorno de 10 metros hasta el coche y el largo retorno a casa, no sin antes pegarnos el correspondiente atracón con una sonrisa de oreja a oreja por el fantástico fin de semana que hemos disfrutado de barranquismo en Pineta con un fantástico grupo y donde todo ha salido a la perfección.

Redacción: Chema
Fotos: Mario, Dolz, Marilena y Alfonso

Cueva de los Chorros y barranco de Marines

Lo que está llamado a consagrarse como un clásico tracaletero gracias a nuestro amigo Salva, esta vez nos llevó a unos cuantos miembros del club al sur de Castilla la Mancha.
Riopar es un enclave turístico ampliamente conocido por lo que no me extenderé, salvo para decir que es una zona bonita que nada tiene que envidiar a otras más húmedas y escarpadas.
El viaje comenzó el viernes con algún contratiempo, pero conseguimos solventarlo con paciencia y buen humor.
El sábado hicimos la cueva con todos los permisos pertinentes (importante solicitarlos para evitar sustos e imprudencias) Salva, Jose, Iván, Víctor y un amigo foráneo: Javi.
La aproximación se inicia con unas rampas intensas en el bosque que precede al nacimiento del río. Poca agua abajo (algo más arriba). El sendero tiene algunas cuerdas de apoyo y se recomienda hacer su parte final con casco, arnés y cabos de anclaje. Llegamos a la boca sin más novedad. Equipados y para dentro.
Planeamos más de 6 horas pero solventamos todo en poco más de 4 con todas las paradas del mundo para hacer fotos, exploración de la zona laberíntica de los bucles en el centro, visita al lago Benjamín. Llegamos “al final”, que no es sino el encuentro con un sifón ya prospectado por espeleobuceadores con un bonito cable que indica “70 metros” (demasiado para mi apnea de piscina hinchable).
La cueva no tiene complicación técnica más allá de pasamanos, destrepes y una trepada ayudada por cuerdas en fijo.

Formaciones curiosas como el “dragón” o espacios ilustrados como el “río blanco” nos hicieron disfrutar de lo lindo. Los extensos lagos nos recordaron que “nadar a lo perrito” no es lo más eficiente con un neopreno y una mochila de barrancos a la espalda, así que cambio de estilo y listo.
El agua estaba fría, aunque menos que otras veces, decían… no quiero imaginarme lo que pasó “otras veces”…
La bajada se debe hacer sin neopreno, casi comentemos la temeridad de quitárnoslo parcialmente y lo hubiésemos pagado teniendo que parar a mitad de camino, seguro. Terminamos pronto lo que nos sirvió para descansar, cenar a una hora decente y acometer el barranco del día siguiente con buena disposición.
 
Barranco de Marines

Localizado en la Sierra del Segura, muy cerca del balneario de Tus. Mismo equipo que el día anterior acompañados por Llum que nos demostró que la cantera tracaletera está más que asegurada.
Es un barranco sencillo, bonito y resultón. Un buen complemento para la zona y se puede hacer con niños que estén iniciados en el mundo del barranquismo (OJO! Con un rápel de unos 15 metros). 
El sendero que parte remontando la ladera, cruzando el río, estaba cerrado en la bifurcación superior, por lo que superada la primera loma descendimos al cauce. Esto acorta el barranco significativamente, no por los rápeles, pero sí por el tramo que discurre por dentro del cauce.
Tardamos 25 minutos a lo sumo. Equipados y para abajo. Son 4 rápeles a instalar y un par más en fijo.
Se nos hizo corto, porque fuimos con el chip de barrancos y de hacer las cosas como tocan (el que lleva cuerda pasa e instala).
Un pequeño despiste en el rápel largo nos recordó dos cosas importantes: la primera es que los fallos los solemos cometer en los sitios sencillos, donde estamos disfrutando y bajamos el nivel de alerta y concentración. La segunda es que la formación en maniobras de seguridad y autosocorro se deben practicar y repetir hasta la saciedad. Hasta automatizarlas tanto que salgan sin tenerlas que pensar.
No os contamos lo de las piernas de cordero en La Posada de Peñarrubia porque sólo generaría salivación y envidias varias.
Un fin de semana estupendo con una gente estupenda.


Redacción: Víctor
Fotos: Salva, Jose y Víctor.