sábado, 3 de marzo de 2012

ASCENSIÓN INVERNAL ROBIÑERA (3.005m)

La semana pasada estuvo programada en nuestro Foro de Actividades la  ascensión al Cerro Calderón (Ademuz-Valencia) con la finalidad de salir a la montaña y tener un poco de rodaje ya que teníamos previsto subir a Pirineos la semana próxima. Comoquiera que únicamente acudimos a la cita Raimon y Guillermo (Bea fue baja a última hora)  a pesar de pegarnos el madrugón decidimos cambiar el destino de la ruta porque ambos ya la habíamos realizado y nos fuimos a Albalat dels Tarongers para hacer el PR-318, un recorrido de unos 12 kilómetros por la Calderona. La ruta, de apenas 3 horas ½  nos sirvió para desempolvar nuestras piernas ya que desde el pasado puente de diciembre que estuvimos en Sierra Nevada no habíamos hecho nada de montaña.
Con esta ascensión invernal al Robiñera se inicia la temporada 2012 perfilando nuestro rodaje ya que hemos decidido, una vez finalice la campaña de espeleo en Bejes,  acudir este verano a los Alpes franceses y poder culminar la ascensión al  Mont Blanc. Nos fuimos Raimon, Guillermo y mi primo Jorge, que retornaba a la montaña tras su caída de este verano cuando nos encontrábamos llegando a la cima del Gran Tapou en plena cresta del macizo del Vignemale.
Fue lo que denominamos un Pirineo express, salida viernes a las 19 horas de la tarde con llegada al refugio de Pineta a la 1:30 de la noche y vuelta a Valencia el sábado una vez finalizada la ruta. El sábado nos despertamos a las 7 de la mañana y mientras preparábamos las mochilas tuvimos la primera y única incidencia de la jornada, Jorge se había olvidado los crampones en casa, por suerte el guarda del refugio nos dejó un juego y tras preguntarle cual era la opción de ataque más recomendable nos dirigimos hacia el pueblo de Chisagüés y desde allí coger la pista del GR-11 que nos lleva a la fuente de Piedramula (1.920 m.). Esta es la ascensión clásica, otras opciones son salir desde los Llanos de la Larri  pero has de afrontar un  mayor desnivel de 1.500 m. o de una pista que sale del pueblo de La Estiva a dos mil metros de altitud.

Llegamos en coche prácticamente al final del parking debido a la escasez de nieve que en este invierno se ha dado en los Pirineos, y la ascensión es cómoda en sus inicios ya que no nos encontramos con desniveles pronunciados y la nieve se encuentra a partir de cota 2.300 metros, ésta se encuentra en perfecto estado y, una vez puestos los crampones para afrontar una ladera, proseguimos con ellos hasta superar una lengua de nieve antes de iniciar las ascensión hasta la cresta por una pedrera que nos hace sudar lo suyo, la inactividad se hacía patente.


Cuando no encontramos en plena pedrera, empieza el mal tiempo, se pone a nevar a la vez que empieza a soplar un viento helado. La previsión meteorológica daba mal tiempo a partir del domingo, estando la nubosidad presente en todo el sábado con la posibilidad de nieve a partir de la tarde y cota 1.600m, por lo que decido aumentar el ritmo ya que nos vamos acercando a la parte final de la pedrera y se puede visualizar el inicio de la cresta.
 El Robiñera es un tresmil de los más accesibles del pirineo, pero en condición invernal la ascensión a todos ellos son otra cosa. 

La cresta al principio no conlleva dificultada alguna, la nieve está dura, pero con forme avanzamos se  empieza a estrechar el paso y a ver el patio, motivo por el que nuevamente me pongo los crampones, mientras se acerca Guillermo. Decidimos esperar a Jorge que va más rezagado y se abre una ventana de buen tiempo, la temperatura es baja pero el sol nos calienta mientras pegamos un bocado y le damos al cigarrillo,  disfrutando del lugar en el que nos encontramos. Son estos momentos en los que desconectas de la rutina, te olvidas de tus preocupaciones, aquí es donde la montaña cobra su sentido y afrontas la semana con las pilas totalmente cargadas. Reunidos los tres, afrontamos la parte final con mayor cuidado, hay que pisar con firmeza  ya que el patio está ahí y aquí si que no tienes que dar un mal paso.

Han transcurrido poco más de cuatro horas y hemos llegamos a la parte final, nos hacemos la foto cumbrera de rigor, sacando la señera y la bandera del Tracalet.
Ahora toca afrontar nuevamente la cresta y disfrutar de la bajada, antes de afrontar la pedrera, nos quitamos los crampones y hacemos el último descanso. 
La bajada no conlleva dificultad alguna, al no presentar desnivel es cómoda y en menos de tres horas hemos llegado al coche. Son las cuatro de la tarde y nos dirigimos al refugio Pineta a devolver los crampones y poner rumbo hacia Valencia. En total 7 horas de ruta que nos han dejado un muy buen sabor de boca, hemos hecho la primera del año y en el camino de regreso ya empezamos a planificar la siguiente. Decidimos parar a cenar en Barracas una sopita calentita de primero y algo de brasa de segundo, se hacen las doce y ½ de la noche y ya estamos en casa.

Texto y fotos: Raimon