jueves, 10 de mayo de 2007

Perdiguero. Pirineos

El Perdiguero (3222 metros)

Actividad de montaña, organizada con cierto grado de improvisación, aunque con un resultado mucho mejor de lo que podía esperarse.


Fecha: 29 y 30 de Abril
Componentes: Mario Gastón y Jero García.
Ascensión: Hito Este del Perdiguero (3.171 m) y al Perdiguero (3.221 m) por el valle del Literota, regresando por la misma ruta.
Tiempo estimado: 6 horas de ascensión y 5 h. de retorno.

El Perdiguero es uno de los “grandes” de nuestro Pirineo. Es grande por su altura, más de 3200 m; por el tamaño del macizo, bien visible desde lejos; por la longitud de sus aristas y sobretodo por la panorámica que desde su cima se puede contemplar. Se puede ascender a este pico por varias vías diferentes, por el valle de Estós y el collado de Obago (itinerario más utilizado); por la arista O desde el Portillón de Oô; y por el barranco de Literola; y es por este último por el que hemos decidido atacarle, a pesar de ser algo más duro al no tener ningún refugio donde dormir, pero se trata de un itinerario de gran belleza paisajística que recorre un barranco hasta hace unos pocos años salvaje. Hoy en día se ha convertido en un itinerario clásico pero no por ello menos bello.


Por diferentes motivos, tuvimos que salir de Valencia el Domingo 29, lo que nos obligaba a tener que pernoctar a mitad de travesía, forzándonos a llevar algo más de peso (comida, infernillo, esterilla, saco, tienda de campaña, etc.), pero nos atraía la idea de realizar la ascensión al más puro estilo alpino, y porque no, dotándonos así de una total independencia a la hora de tomar cualquier decisión respecto a la ascensión.


Punto de Partida: Puente de Literola (1580 m)

Pasado el cruce a Baños de Benasque. Tomamos un sendero a la izquierda de la carretera que asciende muy rápidamente entre el bosque de Pino Negro (Pinus uncinata), por la margen izquierda del barranco de Literola. La cuesta se va moderando y siempre por la misma margen alcanzaremos un pequeño collado (2000 m). Pasado éste, el camino llanea sin ganar altura hasta llegar a un pequeño puente que cruza el Barranco del Literola donde se asienta un pequeño refugio de pastores “Cabaña del Ubago del literota o del Forcallo”.
Nosotros retomaremos la senda antes de cruzar el barranco, dejando la cabaña a la izquierda, y el camino entonces gira a nuestra derecha (Norte) y ayudándose de una serie de zig-zags gana altura sobre el barranco de Literola. Rápidamente enderezamos hacia el NO sin abandonar la margen izquierda del barranco, aunque en algunas ocasiones nos acercamos casi hasta su cauce. A nuestra derecha podemos contemplar las cresta de las Fites de Remuñé.

A partir de aquí, la pendiente se agudiza bastante, pero siempre por senda bien marcada, nos hará llegar en 1h 25m desde abajo, a la poza de Literola, lugar paradisíaco y que invita a pegarse un chapuzón si la temperatura te lo permite 6º C. Fue precisamente aquí donde decidimos instalar nuestro “campo base a 2.240 m”, ya que a partir de este punto la cantidad de nieve y hielo nos obliga al uso grampones, y era la última zona más o menos llana sin nieve para dormir.


Después de hacer inspección ocular de la zona decidimos montar la tienda junto a unos vecinos Vascos que llevaban un par de días por la zona. Sopita de rigor con el infernillo Gastoniense, y en un plis-plas la temperatura baja a 2º C, entra una tormenta y se pone a llover.
Y que vamos hacer? … son las 20:30 y Mario ya está planchando la oreja … que tío!!

Como si de profesionales se tratase, ahí estamos, 5:00AM, desayuno dentro de la tienda, a las 6:00 AM ya tenemos todo el material preparado, con una temperatura que rondaba los -4ºC y con ayuda de nuestra frontales tomamos dirección hacia el Ibonet del literota, el cual se encuentra enmarcado en un circo impresionante, que guarda la cara este del Perdigueret.
Después de bordearlo por la derecha, se pueden tomar dos itinerarios;
a) Tomar dirección Oeste subiendo por las faldas del Perdigueret hasta llegar al Collado Obago, itinerario que tomamos a la vuelta y desde el que se puede ver a los montañeros que vienen desde el valle de Estós
b) Subir por el barranco que desciende del lago de Literota, el cual se estrecha y se empina bruscamente.

Tras llegar al espectacular “Ibón Blanco del Literota”,tomamos dirección Oeste recorriendo todo el contrafuerte Este del macizo por unas interminables pendientes de piedras remontando casi 500 m hasta pisar la primera cota de más de 3000 metros de este recorrido, el Hito E dell Perdiguero. A partir de este punto fuimos cresteando hasta llegar a las 9:03 AM la cima del Perdiguero 3.222 m.

Desde la cima las vistas son espléndidas. Los grandes lagos de Literola y del Portillon quedan a nuestros pies. Los glaciares de la cara Norte del Cap dera Baquo, toda la cresta fronteriza que en pocos momentos baja de los tresmil desde le clarabide hasta el pico de Boum. Al SO la cresta de Bardamina, detrás el Poset y su larga cresta Norte hasta los Gemelos. Al Este el macizo de las Maladetas, el Pico de Vallibierna. Y muchos más....
A las 14:00 estábamos sentados en un restaurante en Benasque con un entrecot en la mesa… habíamos almorzado en la cima, bajado hasta campo base, desmontado la tienda, descendido 1.600 m hasta el coche, llegar a benasque, buscar apartamento, subir los trastos, pegarnos una ducha (por separado…), comprar aspirinas para el dolor de cabeza de Mario, encontrar el restaurante, ………. ¡Que estresssss!
Si yo me había ido al campo a descansar !!!

domingo, 6 de mayo de 2007

Aventuras y desventuras de un torrente de montaña.

Martes, 1 de mayo de 2007

Tras haber conquistado la cumbre del Perdiguero el día anterior, decidimos realizar un descenso antes de regresar a Valencia. La meteorología no es muy buena, con lluvias desde la mañana de ayer, así que decidimos hacer la Tuca de Mont o Sacs, un torrente de montaña adecuado para tiempo de lluvias.

Dicho y hecho, nos levantamos a las 8:00. Tras desayunar como unos campeones (por mi parte, un rico chocolate a la taza), nos dirigimos hacia el barranco. El tiempo no parece mejorar, y aunque de momento no llueve, todo parece indicar que en cualquier momento las nubes que tenemos encima iniciarán su descarga.

Sobre las 9:00 llegamos a la central de eléctrica, donde nos cambiamos y preparamos las mochilas. Las chaquetas de kayac nos sirven de improvisado chubasquero. A las 9:30 comenzamos a subir. La senda, bien marcada, comienza a los pies de la central y es la vía de acceso a unas paredes escuela. A los pocos minutos de iniciar la marcha, comienzan a caer las primeras lluvias. A medida que ganamos cota, aumentan las precipitaciones hasta dejarnos completamente calados. El agua nos chorrea por la cabeza y nuestros pantalones están completamente empapados. Pese a todo, ninguno dice nada y continuamos aproximándonos al barranco. Tras llegar a unos llanos, la senda se pierde en unas lomas donde nos espera un nuevo agente meteorológico: un fuerte viento que nos sopla de lado y que hace que las gotas de lluvia, ahora convertidas en aguanieve, nos golpeen con fuerza en toda la cara. Son los momentos más duros de toda la aproximación y esta vez sí, por nuestras cabezas planea la sombra de una retirada. Sin embargo, intuyendo ya el cauce del barranco, decidimos hacer un

último esfuerzo. Por fin llegamos a un torrente secundario el cual cruzamos para continuar hasta la cabecera de Torrente de Sacs. Son las 10:30 y ya no llueve. Las gotas de lluvia se han convertido en copos de nieve que caen sin parar. Superar la ventosa loma nos ha dejado helados, así que a toda prisa nos ponemos los neoprenos, lo cual nos reconforta en pocos minutos. Accedemos a la primera instalación y comenzamos el descenso, no sin antes hacer algún comentario del estilo “hay que estar gilipollas”.

Al inicio del descenso nos encontramos con un nevero que perdura tras las últimas nevadas y que sepulta temporalmente el torrente bajo un simpático tobogán.

Tras llegar a la confluencia de los dos torrentes, se inicia una sucesión continua de rápeles que con las precipitaciones que han caído, van con un alegre caudal. Vamos superando un rápel tras otro, sorprendidos por un torrente bien regado que nos ofrece espléndidas cascadas vestidas de agua y espuma. Las recepciones no son profundas y el caudal es asequible, pero divertido. Pese a las lluvias, las temperaturas son bajas y el caudal derivado de la fusión de las nieves se encuentra muy mermado, lo que equilibra la balanza. Por fin llegamos a los tramos finales de este barranco, caracterizados sobretodo por la longitud de los rápeles, donde casi todos superan los 20 metros. El más conflictivo de ellos es uno donde el agua canaliza a media altura en un chorro de agua a presión. El agua sale despedida hacia la derecha,

estampándose contra lapared de forma enérgica. Aunque no hay forma de esquivar la vena del agua, el caudal no llega a plantear ningún problema, por lo que con un poco de decisión conseguimos atravesar el endiablado chorro. La estampa es espectacular…

Por fin llegamos a los últimos rápeles. El descenso lo realizamos sin complicaciones, hasta ques decidimos salir por un senda del margen izquierdo que en unos minutos y varios patinazos contra el suelo, nos devuelve a los coches.

La nieve no ha parado de caer durante todo el descenso y el paisaje ha adquirido tonos blanquecinos, sobretodo en las pequeñas cumbres circundantes.

Son las 14 horas. Aunque pensamos que ha sido una locura acometer el descenso en estas condiciones, nos sonreímos pensando… “sana locura”.