miércoles, 6 de enero de 2021

Barranco del Infierno

Hacía ya unos cuantos días que Sevi propuso hacer el Barranco del Infierno y no fue hasta casi la noche de antes cuando logré encontrar un hueco para poder acompañarle a éste barranco que tantas ganas tenia de hacer y qué tanta fama presenta en la Comunidad Valenciana.
Bajo de Castellón y paso a recogerlo no muy temprano, para ponernos rumbo hacia la Vall D´Ebo en la provincia de Alicante.
Una vez en el parking, revisamos material y comenzamos el descenso, recorriendo el espectacular sendero de bajada, el cual nos dejan unas vistas espectaculares de todo el valle y del cauce del río.

Al llegar al cauce y adentrarnos ya en el barranco en sí, decidimos montar un rapel cada uno, así vamos practicando diferentes maniobras y hacerlo también más ameno.
Decir que éste barranco, al encontrarse seco, fue bastante fácil de descender porque no presenta grandes rapeles y está muy bien equipado. No por eso deja de ser bastante divertido y entretenido porque tiene “un poco de todo” (pasamanos, pozas secas las cuales hay que escalar un poco, marmitas trampas con pasamanos bien instalado y algún que otro rapel volado de poca altura).


Bajo mi punto de vista, lo más impresionante de este barranco (en su versión seca), es lo bonito que es paisajísticamente, debido a las formas que tienen las rocas, su color, oquedades que presentan las marmitas, todo ello debido a los años de erosión del agua. Habrá que venir cuando lleve agua para poder disfrutarlo desde otra perspectiva. 
Ya una vez que finalizamos, descendemos río abajo hasta el cruce a la izquierda que nos hará subir los “6.000 escalones”, el cual nos hará llegar hasta el coche, después de una buena sudada. 
Eso sí, después de tanta escalera, había que reponer fuerzas con un buen arroz y vino en la localidad de Pego.

Redacción: Kiko
Fotos Kiko y Sevi


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