sábado, 5 de diciembre de 2020

SIma Turio I

El sábado 5 de diciembre amaneció fresco, pero es diciembre y así debe ser. El cambio climático nos ha dejado 2 estaciones al año: verano e invierno con movimientos bruscos entre ellas. Lo bueno de la espeleo es que puedes practicarla en diferentes lugares y condiciones casi “aisladamente” de lo que pase fuera.
Llegamos en lo que podríamos definir como “puntualidad bien entendida” Iván, Chema, Sonia, Roberto, Marc y Víctor a la sede del club. Primera salida de Víctor con el club. Después de las presentaciones, el buen rollo entre compañeros espeleólogos se mantuvo durante toda la jornada.
Después de repasar varias veces la reseña el volumen de cuerdas necesarias (320m) iba a ser interesante de manejar. Fuimos largos de cuerdas, de chapas y de ganas de cueva.
Una hora de desplazamiento hasta Fanzara donde nos esperaba Frank que ya había oteado el apropiado bar del pueblo regentado por un amable lugareño que aunque cordial y eficiente no se explayaba en las contestaciones. 

Después de las concienzudas recomendaciones dietéticas de Iván, almorzamos, café incluido y nos fuimos hacia la sima. Una pista en buenas condiciones y anterior al pueblo nos permite subir lo que serían unos 30-40 minutos de caminata. Dejamos los coches arriba y la sima del Turio y la boca Turio 1 nos esperaban apenas a 15 minutos andando. 
Nos equipamos, el recorrido fue fácil aunque no está especialmente bien indicado. La identificación de la subida es relativamente sencilla ya que la boca está en la cumbre. La alcanzamos y sobre el medio día preparamos la entrada. 
Iván asumía la responsabilidad de la instalación, que desarrolló muy eficientemente aunque no es una cueva con una instalación fácil. Los spits están colocados de forma poco intuitiva y además su calidad es dudosa. Se mueven con demasiada frecuencia. 
Bajada inicial pozo de unos 6 metros con reaseguro a una sabina. Pendiente de unos 45-50grados que nos baja hasta menos 50 metros aproximadamente. Conviene instalarla ya que un resbalón puede ser bastante traicionero y además hay bastante posibilidad de caída de piedras. 
Al finaliza la rampa una malograda red metálica hace las veces de tope para la caída de las rocas y nos deja un pequeño pozo con dos fraccionamientos que desembocan a una sala inclinada con guano y sombras de murciélagos que se mueven de vez en cuando. 
Se trata de una diaclasa abierta de unos 40 metros de largo por 10 de ancho aproximadamente, y esa grieta baja hacia las profundidades con ahínco. Al fondo – final de dicha sala se abre una fractura de más de 100 metros de profundidad, muy fraccionada, angosta e incómoda. 
El esfuerzo de instalación de Iván y Chema nos permitió progresar por dicho pozo hasta  aproximadamente -130 metros. Reunidos todos en ese punto decidimos comer algo y continuamos por un paso no asegurado en oposición hasta un estrechamiento que nos permitió seguir investigando el pozo, aunque las horas que manejábamos nos sugerían que era un buen momento para arriar velas. 
Salimos sobre las 19h los primeros y continuó el goteo del grupo de 7 hasta las 21h. Ateridos de frío por el viento de la cumbre realizamos el descenso en dos grupos hasta los coches con una diferencia de 15 minutos aproximadamente. 
Es importante ser consciente de que el camino de vuelta es relativamente difícil de identificar por lo que es importante contar con la ayuda de un GPS. En este caso la vuelta fue compleja por haberse hecho ya de noche y un primer intento de bajada al coche tuvo que verse abortado por el riesgo que supone acercarse a las paredes de la vertiente oeste el pico.
Volvimos hasta el club para dejar todo oportunamente ordenado y rápido a casa que aún tenemos toque de queda.
Nota: Gracias por invitarme a esta primera salida y espero que sea la primera de muchas. ¡Un placer conoceros!


Redacción: Víctor
Fotos: Víctor

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