domingo, 13 de diciembre de 2020

Barrancos de la Fonteta o Torrent de Garx y Pas Tancat o Villa la Nao

Después de un tiempecito sin hacer barrancos me apunté con muchas ganas a hacer el barranco de Garx y Pas tancat. Fuimos, por orden alfabético, Alfonso, Chema, Josevi, Raquel, Sonia y una servidora, que cómo veréis, iba muy bien acompañada.
Como buen grupo gastronómico, nada más salir de Valencia lo primero que hicimos fue reservar mesa en un restaurante en Bolulla para comer su plato más famoso.
Hicimos los dos barrancos seguidos, ambos de carácter torrencial, aunque finalmente, a pesar de las dudas iniciales, los encontramos secos.

Para llegar al barranco hubo que hacer aproximación en coche, lo que nos ahorró una pequeña caminata.
Al llegar, había bastante gente, dos grupos habían llegado antes que nosotros, pero gracias a un atajo fortuito y a nuestro compañero Frank, que guiaba uno de los grupos, acabamos colándonos y adelantándolos.
Nada más empezar el barranco de Garx, después de tanto tiempo y unos pocos nervios, se me había olvidado ponerme el ocho (que desastre y qué vergüenza). Una vez pasado este trauma, ya todo fue sin problema.
El primer barranco tiene unos rápeles más cortos, otros un poco más largos, el más largo era de 30 metros, y uno de los rapeles tienen un volado,...
Ambos barrancos son maravillosos, empiezan más abiertos, pero poco a poco se van encañonándose creando vistas impresionantes, de quitarte el hipo.

Por cierto, no sabemos si un tracalero se quedó en bucle en uno de los rapeles, pero como podréis ver en redes sociales, lo subió y bajo varias veces. Un valiente, ya que era mi primera instalación.
Para resaltar, el segundo rapel del segundo barranco, Pass Tancat, un rapel con fraccionamiento a mitad del recorrido, donde se empieza con un pequeño tobogán hasta llegar al punto del fraccionamiento, con una pequeña repisita dónde nos esperaba Josevi para echarnos una mano, a quien lo necesitase, para acabar en un rapel con volado final. Este rapel y la sala en la que desemboca es una auténtica pasada, al igual que la siguiente, aunque algo más pequeña.
Agradezco a mis compañeros el buen día que pasamos, el haber practicado hacer una instalación y el bloqueo, además del fraccionamiento... Y por supuesto, por las risas y el buen rato que nos echamos.
Para acabar bien el día, fuimos a comer al bar L’Era de Bolulla. Esperando comer la olla de tan gran fama nos quedamos con las ganas, no quedaba, sin embargo, las cervecitas, los buenos entrantes y el gran cus cus como plato principal no nos decepcionaron.
Siempre con buenas experiencias, buena compañía, y buena comida, Tracalet, no defrauda.


Redacción: Marta
Fotos: Alfonso, Chema, Josevi y Raquel

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