domingo, 2 de febrero de 2020

Sima del Tio Ramon (Altura)

Hoy domingo 2 de febrero tres voluntarios tracaleteros (Iván, Sonia y un servidor) nos disponemos a sumergirnos de nuevo en el mundo subterráneo, en esta ocasión en una sima desconocida para nosotros pero de nombre que nos resulta gracioso hasta cierto punto: la Sima del Tío Ramón, ubicada en Altura.

Para ello nos desplazamos hasta dicha población, pero como siempre se explora mejor con energías renovadas y la panza llena quedamos pronto para tomar el almuerzo de rigor, tras lo cual nos dirigimos al Collado del Lobo, al que accedemos tras una larga carretera secundaria que sale tras el km36 de la carretera Altura-Alcublas) y dónde aparcamos el coche.

Tras equiparnos y realizar una batida del terreno, gracias a la ayuda de un poco de paciencia y de la topografía, finalmente Sonia es la afortunada que descubre la pequeña boca de 1'50 x 0'70 semioculta entre la maleza.
Con regocijo por lo "poco" que nos ha costado encontrarla, entramos con cuidado superando un fácil destrepe de 3 metros para el que no es necesario instalar cuerdas, y rápidamente accedemos a una sala de 15*7.


Aquí empiezan nuestras dificultades, ya que las reseñas y la topografía no nos indican claramente el camino a seguir y perdemos un poco de tiempo en explorar, finalmente accedemos a una gatera que hay al fondo de la sala, a la izquierda según entramos a la misma que nos conduce por un pasillo con grandes bloques que vamos superando sin demasiada dificultad.
Sabíamos por las reseñas que al final de este pasillo están los primeros pozos, habíamos leído de un primer pozo de 5-6 metros en el que podíamos tomar como referencia una cuerda atada en unos bloques, nosotros no conseguimos encontrarla pero la presencia de unas flechas pintadas en la pared nos indican que estamos en el buen camino, sin darnos cuenta lo destrepamos por su izquierda sin dificultad ayudándonos de un poco de contorsionismo para superar unas estrecheces de esas que tanto se supone que nos gustan a los espeleólogos....

A partir de aqui si que hay que usar la cuerda para un pozo de 15 metros que al igual que casi la totalidad de la cueva hay que instalar en naturales empleando antiroces (cuantos más, mejor) y desviadores. Este pozo nos deja encima de un enorme bloque debajo del cual hay una pequeña sala aunque decidimos seguir adelante ya que no queremos que el tiempo se nos eche encima ya que al no conocer la sima nos ha costado un poco llegar hasta aquí.
A partir de aquí el camino es muy evidente, tras recorrer durante unos 40 metros una bonita y ancha galería en la que nos encontramos numerosas formaciones llegamos a la serie final de pozos que nos llevarán al fondo de la sima, a partir de aquí hay mayor verticalidad, Iván sigue instalando todo en
natural salvo dos spits y seguimos necesitando de los antiroces. Para ello empleamos una cuerda de 45 m y otra de 15 para el resalte final; en todo momento destacan los anemolitos que tapizan las paredes de estos pozos.
Finalmente, una pendiente estrecha y vertical nos lleva a la fractura final que nos baja hasta el fondo de la sima donde procuramos no molestar a un amigo que duerme profundamente colgado en un bloque.

Sólo queda rehacer el camino andado, después de echar un bocado y tras alguna anécdota con las sacas en unas dos horas estamos fuera de nuevo, cansados pero contentos por una nueva avencturilla pata negra.

Redacción: Chema
Fotos: Chema y Sonia

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