sábado, 25 de enero de 2020

Barranc del Infern

El paso de la borrasca Gloria había dejado abundante precipitación en la Comunidad que hacia pensar que el barranco del Infern podia llevar agua. Jose Dolz propuso la actividad y rápidamente Salva y yo estábamos apuntados. El día de antes apareció alguna foto en redes sociales que nos confirmaba la presencia de agua y aumento las ganas de ir olvidándonos una vez mas de las escaleras del retorno.
Desde la aproximación comenzamos a oír correr el agua y cuando tuvimos a la vista la presa con el agujero que se usa como indicador de caudal comprendimos que estaba en su punto.


El orificio de la presa se usa como caudalímetro de forma que si el caudal de agua ocupa mas de la mitad de la circunferencia o la desborda no hace recomendable el descenso. En nuestro caso no llegaba a un cuarto así que no tendríamos problemas.

Una vez en el cauce pudimos comprobar que efectivamente llevaba agua asi que nos dispusimos a iniciar la actividad no sin antes hacernos la foto de salida  aprovechando que pasaban por allí unos senderistas.


Comenzamos el primer rapel y nos recibió un agua fría que el termómetro indico que estaba a 8ºC que sirvió para ponernos en situación aunque pasada la primera impresión ninguno experimentamos frio en todo el descenso. 



Todo el recorrido del barranco se convirtió en avanzar andando o nadando por pasillos inundados alternando con multitud de saltos sin tener que volver a hacer uso de la cuerda en todo el recorrido excepto en un pequeño resalte que se podría haber destrepado pero rapelamos por seguridad.


Algunos destrepes tenían un aspecto completamente desconocido gracias al caudal y numerosas veces nos preguntábamos en que arte del barranco estábamos ya que el agua le cambia por completo la fisionomía.

Tras saltar la ultima marmita y salir de ella usando la cadena el barranco finalizaba y los tres estábamos con una cara de satisfacción que no podíamos borrar por lo mucho que habíamos disfrutado del barranco.  

Iniciamos el regreso y por el peso de mi mochila pensé que algo pasaba con el bote estanco comprobando que había pillado el forro polar con la tapa y tenia toda la ropa mojada.

Afrontamos el retorno por las escaleras que nos hicieron recordar lo bien puesto que esta el nombre del Infern y que permitieron que mi ropa se secara lo bastante como para no volver a Valencia en neopreno y poder pasar a tomar una cerveza en Pego

Redaccion: Alfonso
Fotografias: Jose y Alfonso

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