sábado, 18 de agosto de 2018

Finde en el sistema Lecherines


Travesía de los Paseantes

El sábado nos levantamos a las 8 y nos preparamos para realizar la Travesía de los Paseantes, que consiste en entrar al Sistema Lecherines por la sima B-13 y salir por la sima C-12. Una travesía de unos -200 metros de desnivel y no llega a 1 km de longitud.
Después de un desayuno contundente algunos, muy escaso yo, ya que cuando llegamos a la boca de la cueva busqué desesperada mi bocata, comenzamos la aproximación.
La actividad la empezamos Adán y Diego, dos compañeros del Centro de Espeleología de Aragón, Paco, Roberto, Iván, Ana y yo (M José). La aproximación de poco más de una hora, bastante cargados con la ropa, los equipos, comida, etc., con mucho desnivel positivo y totalmente fuera de la senda, se hizo un pelín dura. Ana que ya tenía resentido el cuádriceps se acabó de lesionar y decidió no entrar a realizar la actividad, una pena ya que tuvo que volver al refugio.

Comenzamos a vestirnos, preparar el equipo y a descender, sobre las 11:00 h.


 
La travesía está totalmente instalada con cuerdas fijas. Entran primero Adán y Diego, que son los que nos guían por la misma. Unos máquinas los compañeros del CEA, ya que Diego suele estar en campañas de exploración del Sistema Lecherines y Adán, a pesar de que no conocía la travesía, con reseña y brújula en mano nos guió por todo el recorrido.
La mitad del desnivel de la travesía se salva en la boca de entrada, con un primer pozo de casi 80 metros, dividido en varios fraccionamientos. El último rápel tiene una cuerda guía a la que hay que pendulear empujándote desde una de las paredes para poder alcanzarla y anclar uno de los cabos. En este punto escuchamos a Adán gritar algo, que no entendimos y como si fuera el teléfono loco nos fuimos pasamos la indicación unos a otros. Resulta que alguna piedra había cortado la cuerda del rápel y estaba muy, muy, muy justa, tan justa que cuando llegué al final de la cuerda guía, el nudo que había hecho Adán de final de cuerda, (en la del rápel) llegó al mosquetón de freno.


 A partir de ese punto vienen una sucesión de rampas, trepes, destrepes y pasamanos que hacen la travesía muy divertida y que hacen entrar en calor (en mi caso sudar mucho), ya que en general la cueva es muy fría.

 
Pasamos la Galería Irene y llegamos a la Tirolina. También un rápel guiado donde la mayoría del recorrido tienes que ir empujando tu cabo para no quedar colgado como un jamón.



Una vez pasada la tirolina hicimos una parada para reponer fuerzas y llegamos a la sala de la Bifurcación, Paco e Iván continuaron descendiendo hacia la Sala Camboya a - 400 metros, el resto de grupo seguimos hasta la salida por la boca C-12. Más rampas y pasamanos, hasta el túnel del viento, que bien hace honor a su nombre y en este punto utilizamos el croll (primera vez en todo el recorrido) para salvar los 8 metros positivos hasta la salida, sobre 15:00 h.
La travesía es muy divertida y muy variada gracias a los pasamanos y los destrepes, para mi fue una actividad alucinante de unas 4 horas aproximadamente.
El recorrido de vuelta, atravesando el lapiaz, fue lo mas tortuoso del día, jeje, ya que las grietas que forman las rocas, unido a la pendiente, hacían que no pudiera avanzar erguida.

 
Pero una vez logrado el lapiaz, el retorno es precioso y ya de vuelta en el refugio nos esperaba la hospitalidad de algunos miembros más del CEA.




Redacción: María José



Sima A-111

Después de pedir consejo a los compañeros del CEA, decidimos que el domingo iríamos a visitar la A-111. Para esta actividad los integrantes fuimos Paco Vañó, Iván Doyague y yo (Roberto). Salimos del refugio y empezamos a bajar por el GR buscando la A-111. No tardamos mucho en encontrarla y empezamos a equiparnos. Es curioso esto de la espeleo en el norte, fuera hacía un calor de justicia, que nos estaba haciendo sudar bastante, pero nos tuvimos que poner mono interior, pasamontañas y mono exterior para entrar a la sima, ya que dentro hace bastante frío.
Entré yo primero, vi un paso muy estrecho del que no nos habían hablado y cuando lo consiguí superar me di cuenta de que no hay camino por ningún sitio, nos equivocamos de cavidad. Salimos y otra vez a buscar. Por suerte, no tardamos mucho en encontrar la verdadera A-111, estaba muy cerca. En esta sima, a fecha de hoy, nuestros compañeros del CEA continúan explorando, así que encontramos todos los pozos ya instalados. Esta vez Iván encabezaba la marcha, le seguía Paco y por último yo. Bajamos por un pozo algo estrecho y con bastante barro.



Después de unos pocos fraccionamientos llegamos a la base del pozo. Avanzamos un poco y enseguida vimos una espectacular sala con un lago.

La atravesamos y más adelante no tardamos en llegar a caminar por al lado de un pequeño río subterráneo. Seguimos el río un poco, subimos por unas cuerdas y en no mucho tiempo llegamos a un sitio estrecho, que para atravesarlo había que llenarse de barro pero bien

 
Que suerte la mía cuando se puso a sonar una alarma de mi reloj que nos indicaba cuando darnos la vuelta, ya que teníamos que volver a Valencia y no podíamos salir demasiado tarde de la cueva. Me libré por poco de tener que revolcarme por el barro ;) La salida de la cueva se dio sin problemas, a buena hora ya estábamos fuera.


Nos quitamos todos los cacharros y la ropa de espeleo, para seguidamente coger de nuevo el GR de vuelta al refugio.

Al llegar, nos estaba esperando una gran comida, que muy amablemente prepararon nuestros amigos del CEA. Ya después de comer llegó la hora de las despedidas y de volvernos a Valencia.

Antes de terminar, agradecer en nombre de todos los de Tracalet, la hospitalidad que los compañeros del CEA tuvieron con nosotros. Yo tengo que darles las gracias especialmente, ya que por un gran despiste, me dejé el casco en casa y si no llega a ser por ellos no hubiese podido visitar el espectacular Sistema de Lecherines. ¡Muchas gracias!



Redacción: Roberto






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