sábado, 24 de febrero de 2018

Encuentro con el Flash


El pasado fin de semana tuvo lugar el encuentro con el Flash. El objetivo era hablar sobre la próxima campaña de exploración en Bejes y de paso hacer algo de espeleo. En esta ocasión, quedamos en que el encuentro iba a ser en la zona de Levante, así que con mucho gusto, los del Tracalet hicimos de anfitriones. Los participantes del encuentro fuimos Cali, Jorge, Hevia y Miguel por parte del Flash y Sevi, Pimpollo, Anna Bayarri, Raimon y yo (Roberto) por parte del Tracalet.

Como hacemos de manera habitual para eventos de este tipo, en un primer momento pensamos en ir al refugio de la Figuereta y descender a alguna de las cavidades de la zona de La Vall d'Ebo, pero en esta ocasión el refugio ya estaba ocupado para las fechas en que nos interesaba y así, de esta manera, hicimos el gran descubrimiento de este fin de semana, el refugio La Bastida, en el término municipal de Quatretonda.


El refugio es grande, está muy bien equipado y está rodeado de los bonitos paisajes de la sierra de Quatretonda. Además tuvimos la suerte de conocer a Juan, uno de los guardas del refugio, que muy amablemente nos ayudó en todo lo que pudo y más, para que este encuentro entre el Flash y el Tracalet fuese todo un éxito.

Después de pasar la noche del viernes en el refugio, la actividad del sábado fue la sima Pablo Pujol en Barx.




Debido a lo profundo de la cavidad, en esta ocasión se decidió que solo llegaríamos a la mitad, aproximadamente a -100 metros. De esta manera al salir aún tendríamos tiempo de debatir los aspectos de la próxima campaña en Bejes. Al ser muchos, se decidió hacer dos grupos y que cada uno bajase por una de las dos vías posibles.



Una vez en la cota acordada y después de una paradita, que algunos aprovecharon para comer, nos cruzamos y cada grupo salió por la vía que instaló el otro.



Como estaba previsto, salimos de la sima con tiempo suficiente y antes de dirigirnos de nuevo al refugio, nos despedimos de Anna y de Sevi que se volvieron a sus casas, ya que el domingo lo tenían ocupado.

Al llegar al refugio, donde nos estaba esperando Juan, comenzamos a prepararnos para la gran cena que nos íbamos a pegar. La cena consistía en una espectacular torrà, la cual nos supo a gloria. Seguidamente se pasó a lo importante del encuentro, se debatieron las nuevas estrategias a seguir en las exploraciones en Bejes. Una vez estuvo todo claro, a dormir, que al día siguiente aún teníamos actividad.





Para el domingo teníamos previsto ir al Avenc Quatretonda, pero para que nuestros amigos del Flash llegaran a una mejor hora a Madrid, a última hora se cambió de opción y al final hicimos una pequeña ruta senderista por las inmediaciones del refugio. Le pedimos consejo a Juan para esta ruta, ya que es un gran conocedor de la zona, y muy amablemente se ofreció a acompañarnos, cosa que nos facilitó mucho las cosas. Durante la ruta pudimos contemplar bellos lugares de la sierra de Quatretonda.






Al terminar la caminata fuimos a Xátiva a comer. Y ya por último, después de comer, aún nos dio tiempo de callejear un poco por el casco antiguo de esta bonita ciudad repleta de historia, para seguidamente despedirnos ya de nuestros amigos del Flash. 


¡Hasta otra!



Redacción: Roberto










domingo, 18 de febrero de 2018

Un 2x1,Travesia Sima Ereta-Melic de Pau

Iván propuso hacer la travesía de estas simas situadas en el término municipal de Argelita (Castellón) y para allá que nos fuimos Iván, Arturo, Roberto y yo. Quedamos 8:30 de la mañana en la gasolinera de los arcos en Bétera, desde allí salimos directos a Argelita súper motivados, yo especialmente porque me estrenaba en dos cosas, iba a ser mi primera travesía e iba a desinstalar.

Una vez pasado el pueblo de Argelita, no sin antes hacer la paradita para tomar café y despejarnos, seguimos por la carretera hasta que, siguiendo atentamente las indicaciones de Arturo y del gps de Roberto, tomamos un desvío a la izquierda entrando en una pista, en la que pasado un rato nos encontramos con una cadena que nos obligó a dejar el coche allí. Podréis descargar la ruta desde Wikiloc

Nos pusimos los monos, cogimos las sacas y nos encaminamos hacia las simas (están a 20 mts una de la otra). Después de andar una media hora, con la ayuda del gps de Roberto y pese a que Iván se resistía a usarlo, jejeje, nos encontramos con la boca de la sima Ereta, donde antes de entrar almorzamos para coger fuerzas.

Nos dividimos en dos grupos, Arturo y Roberto que entraron por Melic de Pau e Iván y yo que entramos por l’avenc de l’Ereta, quedamos en encontrarnos abajo. Entramos sobre las 12:00 del mediodía y a eso de las 14:00 nos reencontramos en el comienzo del pozo de 17,5. La instalación sin problemas, algún que otro desviador en anclaje natural, sólo hubo un momento de duda porque una vez abajo había que salvar el pozo de 17,5 mts para hacer la travesía y no encontramos ninguna instalación, pero Iván muy hábil, montó un pasamanos con dos primeros anclajes naturales y un tercero con tornillo. En este punto aparecieron Roberto y Arturo que llevaban más cuerda y decidimos bajar el pozo de 17,5 mts; no queriendo destrepar los ultimos metros ya que eran muy estrechos. Allí descansamos un poco, comimos algo para recuperar fuerzas y para arriba, ya que nos avisaron de las estrecheces de los tres primeros pozos sobre todo a comienzo de la boca del Melic de Pau, parte de la sima que nos tocaba ahora. Hora de subida 16:30h.

Le digo a Iván que me deje desinstalar y muy amablemente me cede el último puesto, yo encantada de la vida, pero pasadas las dos primeras tiradas y debido a mi lentitud, como es normal en todo principiante, le dije que si quería que desmontara él el final para ir más ligeros sin acordarme de la estrechez que nos esperaba, cosa que por supuesto Iván me recordó, jejeje, pero sí, él desmontó la parte difícil y logramos llegar al exterior a eso de las 18h., no sin antes quedarme atascada y gracias a Iván y sus consejos pude salir ‘airosa’. Arturo y Roberto que salieron por la boca de la Ereta ya estaban fuera esperándonos.
Una vez estuvimos todos fuera nos encaminamos hacía el coche antes de que se nos hiciera de noche, nos quedaba el retorno y encima cuesta arriba………llegamos en unos 40 min al coche, arreglamos las sacas, nos pusimos limpitos y de vuelta a casita,  ah y conocimos a la srta. Google gracias a Arturo, que nos amenizó el viaje de vuelta con tan práctica APP. 

Ha sido una muy buena actividad y he aprendido mucho, gracias chicos por hacerlo posible!!!!   

Redacción: Sonia
Fotos: Ivan

viernes, 16 de febrero de 2018

Gorgas de San Julián y ruta gastronómica.

Salida viernes por la tarde con destino a Nueno, Loli, Dolz, Diego y yo (Andrés).

Sábado 20, Gorgas de San Julián y afluente San Julián.
Las Gorgas de San Julián es un desfiladero contiguo al Parque de la Sierra y Cañones de Guara.
Es por el oeste, el primer barranco de estas sierras oscenses, estrecho y profundo en conglomerado.
Su afluente principal cae a este por su derecha orográfica una vez paso el Belén y antes de la Ermita.

La idea era descender en el mismo día el Gorgas de San Julian, su afluente San Julián y el Fenés,  también afluente de la gorga pero desembocando pasada la parte estrecha.

Finalmente y con motivo de diversos retrasos que mas adelante explicaré, no fue posible el descendo del Fenés. Llegamos al coche ya de noche.






Salimos pronto de nuestro campo base ubicado en la población de Nueno, a escaso kilómetro y medio del parking, común para los tres barrancos. Al llegar al parking nos encontramos con un grupo que iba a descender el afluente San Julián. Nos despedimos de ellos y a buscar la cabecera de la Gorga.

A los cinco minutos de andar por la senda, hay que salirse por la derecha campo a través y con bastante desnivel para ir ascendiendo por una cresta. Así casi dos horas hasta llegar al gran embudo del inicio de la gorga.



Llegando al embudo, los disparos y ladridos de los perros, justo al otro lado del cauce nos ponen en alerta y con duda de entrar o no al cauce. En varias ocasiones llegamos a ver a los perros detrás de un jabalí dirigirse ladera abajo hacia el cauce, uffffff, que chungo lo vemos. Como entremos y la jauría también ya no hay vuelta atrás.

Descendemos poco a poco por el embudo hasta que finalmente llegamos al mismo cauce del barranco. Corre un poco de agua, así que nos ponemos los neoprenos. En ese momento oímos el gruñido de un jabalí y ladridos de perros. Diego se sube un par de metros por el lateral del cauce y ve   en la orilla de enfrente y casi en el cauce al grupo de perros enzarzándose con el jabalí. No teníamos vuelta atrás, solo esperar que la jauría no cayera dentro...
Esperamos unos minutos encaramados en el lateral del cauce hasta que se deja de oír el gruñido del jabalí y los perros al rededor de el. Ha muerto.
En escasos cinco minutos a lo ocurrido empiezan a aparecer buitres. Estos se posan en el mismo lateral del barranco a pocos metros del lugar de los echos y de manera impávida se quedan observando. Decidimos ponernos en marcha.

Según vamos progresando por el fondo del cauce nos van cayendo piedras por un lateral. Son los perros que siguen dando vueltas al cadáver y van moviendo todas las piedras sueltas del típico conglomerado. Una de ellas le da en el hombro a Diego y otras de gran tamaño nos pasan bastante cerca. No podemos hacer nada, solo correr para pasar rápido y dejar atrás a los perros. Finalmente superamos su posición y respiramos. En todo lo ocurrido, hemos desperdiciado un tiempo importante.

Ya por fin empezamos a disfrutar de la Gorga. Pasillos estrechos, profundos, agua, rapel tras rapel sin apenas descanso, oposición , etc, etc.





Llegamos al último rapel, en el que en su base hay una surgencia importante. Este rapel nos deja en una gran sala abovedada en la cual solo entra luz por la grieta estrecha que forma la gorga.













Yo personalmente le encontré un pequeño parecido a la Capelle, ubicada en el circo de Cilaos (Isla Reunión).

















Termina la parte deportiva, y en unos metros nos encontramos el Belén dentro del mismo cauce, debajo de la gran bóveda. Ahora hay que salir de la gorga, para ascender hasta la Ermita y buscar el inicio del afluente. Nos quitamos arnés y chaqueta de neopreno.


Salimos y a los poco metros a nuestra derecha vemos la gran vertical del afluente. Sorpresa la nuestra cuando vemos al grupo que encontramos en el parking aun colgados, a cada uno en una reunión y diversas cuerdas colgando de la vertical. 
Es muy raro que aun estén allí porque la aproximación a la gorga, el descenso, el incidente con los perros, etc, etc, es muchísimo mas tiempo que llegar al afluente y descenderlo. Está claro que algo les ocurre.
Podemos comunicarnos con ellos, pero a duras penas. Nos hacen saber que el chico que está mas bajo no encuentra la cabecera de 55m y este se encuentra situado en un abrigo a refugio del agua que está cayendo de la cascada. Su compañero, situado en la reunión mas arriba de él, a penas tiene contacto sonoro con él y ninguno visual. Nos dicen que se esperan a que nosotros lleguemos por detrás de ellos para poder ayudarles a encontrar la reunión o hacer una única tirada de 85m hasta el suelo.
Lo vemos un poco raro porque aun tardaremos casi dos horas en llegar al cauce y después descender cuatro rapeles hasta llegar a ellos, pero bueno, para allá que vamos.





Cogemos la senda de la ermita y pasamos por ella.


















La senda empieza a descender directa al barranco Fenés pero nosotros tenemos que ir por la derecha montaña arriba y sin senda. Por donde mejor lo vemos nos salimos de la senda principal y empezamos a ascender sin ningún tipo de referencia. El ascenso es duro y mas después de una aproximación parecida, con el material mojado y el peto puesto.












Finalmente llegamos a lo mas alto, ahora toca llanear y encontrar cual es el afluente correcto. Llegamos a este y descendemos la ladera con sumo cuidado hasta llegar al cauce.



Empieza a hacer frio, quedan pocas horas de luz y el sol ya no entra en el cauce.....
Comemos algo mientras nos equipamos y para abajo.
Descendemos los cuatro rapeles que nos separan de la gran vertical. Llego yo el primero con la incertidumbre de lo que me voy a encontrar. En la cabecera me encuentro una cuerda con un minúsculo nudo que empotra con un mallón y sin rastro de nadie. Oigo un grito. Es el otro grupo que ya están todos abajo reunidos en el único punto que entra un rayo de sol. Me hacen señales para que les suelte la cuerda. Por lo visto al recuperar desde la cabecera de 55m se ha hecho un pequeño nudo y no la pudieron sacar. Me pongo mi cuerda para poder asomarme a la vertical a ver si encuentro la cabecera de 55m. Allí está, unos metros por debajo del abrigo donde e había quedado refugiado el primero del grupo. El rapel estaba instalado con dos cuerdas ¿qué habrá sucedido ahora en este?. Espero a mis compañeros, ultimamos detalles y bajo hasta la cabecera de 55m. No me encuentro nada raro, de repente oigo que me dicen los de abajo que si quiero rapelar por sus cuerdas. Les digo que no se preocupen, que ya llevan bastantes horas allí. Recuperan sus cuerdas y nos despedimos. Instalo este último rapel y espero a Diego que baje a mí. Pasan unos cinco minutos, pero se me hacen eternos. Me estaba cayendo la poca agua que tenía la cascada y a esto sumándole el fuerte viento me quedaba helado.






Por fin baja Diego y me voy. Llego al suelo sin problemas, pero allí el viento parecía que aun soplaba mas fuerte. Y uno tras otro van bajando, Diego, Loli y Jose, y todos con muchísimos frío en las extremidades.






Recogemos bártulos y sin quitarnos el neopreno nos adentramos en el bosque en busca de la senda de retorno.




Menuda odisea hasta encontrar la senda. Por fin llegamos a ella y media hora mas tarde y ya de noche llegamos al coche.





No está nada mal después de todo ocurrido en la jornada. Unas nueve horas y media de actividad.


¡¡¡Nos vamos al bar que ya está bien ya.!!!


Domingo 20, ruta gastronómica.

La idea es ir a descender los Estrechos de la Carruaca en el valle cercano de Nocito.
Es un bello estrecho, con el agua muy fría, muy acuático, saltos, toboganes y con un único rapel no obligado. El acceso son unos veinte minutos y el retorno inmediato.

Salimos de Nueno en busca del valle de Nocito. Pasamos por Arguis y paramos en un bar para que Jose comprara tabaco, y a que mala hora paramos.......

Subimos el puerto de Monrepós pero por la antigua carretera y cruzamos los tuneles de la autovia por encima. Empezamos a descender al fondo del valle. Vemos las primeras nieves y conforme vamos bajando todo blanco de escarcha. Llegamos al parking, bajamos de la furgo todos menos Loli, que dentro se está mejor que en la calle. Vemos el último resalte del barranco, que aunque lleva mucha agua no parece para nada peligroso. Pero se nos quitan las ganas de meternos, umbría, escarcha, frío, mucha agua y Jose dice: "en el bar del tabaco he visto un plato combinado con huevo, chorizo y patatas que no veas como tiene que estar". Diego y yo nos miramos salivando de pensar en el plato. Jose quería entrar al barranco. Le invitamos a que entrara mientras nosotros lo esperábamos en la furgo calentitos.




Finalmente le pudo el huevo con patatas. Así que para el bar de Arguis que fuimos a almorzar plato combinado. Nos lo tomamos con calma, pero con mucha....






Trastos y para Valencia, eso sí, sin antes parar en Teruel a degustar las ricas viandas de la comarca.....




















Gran viaje en el que tuvimos de todo, risas, nervios, frío, hambre, empacho, etc, etc



Redacción: Andrés.

domingo, 11 de febrero de 2018

Barranco de l’Infern, Alicante


Un pequeño grupo de Tracalet nos fuimos este Domingo pasado a descender el barranco de l’Infern, en la Vall d’Ebo. Asistimos a la salida: Sevi, Samu, Iván, Rober, Miguel Ángel y yo (Javi). Tanto para Miguel Ángel como para mí ha sido la primera salida con el club, así que como éramos los novatos, nos ha tocado jugarnos a los chinos la redacción de esta crónica.
Y como leéis…me ha tocado a mí escribirla.

La quedada fue a las 9,00 de la mañana en la rotonda del Consum de Picassent. Nos presentamos, un café con leche y arreando para Alicante. Una vez en el parking de l’Infern, un almuerzo rápido junto a una pequeña caseta para resguardarnos del viento, cargamos el material en las sacas y para abajo.

Ante la duda del estado de las pozas decidimos coger también el peto del neopreno y botas, pero la cosa es que finalmente ni siquiera nos mojamos ni la punta del pie. Así y todo este es un barranco que nunca defrauda y lo hemos disfrutado a tope (excepto la “pechada” del retorno que todos conocemos…). El barranco iba totalmente seco. No corría nada de agua.



Como supongo que algunos ya sabéis, el barranco en su “versión seca” es sencillo de descender, pero divertido por los pasamanos y por algunas salidas de rápel “voladas”, en las que bien nos hubiera venido una pedaleta... Esto nos ha permitido practicar algunas maniobras de cuerdas, como el bloqueo y desbloqueo del descensor.



Por otro lado, al estar seco hemos podido observar con más detalle las espectaculares formaciones pulidas que el agua ha esculpido en la roca calcárea, lo que hace que el descenso sea muy atractivo. También hemos podido apreciar el nivel de agua alcanzado en las crecidas (motivo por el cual entiendo que las instalaciones están tan altas), que dan una idea de la envergadura y dificultad que puede representar este barranco en otras condiciones, acuáticas, y la temida poza final (seca esta vez, claro), con el hueco inferior en la roca que sifona el paso.



El retorno, eso sí que ha sido un “infierno”, que ya conocéis, con tanto escalón… y, por supuesto, la cervecita final con las bravas, que bien nos hemos ganado, en el primer bar que vemos en Pego, y para casa.

         Deciros que ha sido un placer conoceros y haber compartido esta salida con vosotros. Espero que se repita pronto y poco a poco podamos ir conociendo al resto del grupo en próximas salidas.
¡Salud y montaña!

Redacción: Javi Mascarós