sábado, 14 de enero de 2017

Barrancos Abdet y Bolulla.

Loli en el último rapel del Bolulla

Aprovechando las lluvias caídas en las semanas anteriores en la zona de Alicante decidimos acercarnos a descender los barrancos de Abdet y Bolulla. El grupo lo componíamos Lucia, Loli, Andrés, Jordi y Yo, Jose Angel.
Habíamos quedado con nuestros amigos David y Natalia, que compartirían los descensos con nosotros, pero cada vez uno. Se habían acercado con su preciosa hija de seis meses, Aitana. Para Natalia era su primer descenso después de haberla tenido.
Una vez estábamos todos en la población de Abdet nos colocamos el equipo. Era una mañana fría, no nos molestaba el neopreno para realizar la aproximación.

Una vez en la cabecera, David y Aitana, que habían realizado la aproximación con nosotros, se despidieron de Natalia y nos metimos en el barranco.
 








El caudal era normal, lo que garantizaba la diversión. Fuimos descendiendo los tres rapeles y dando algún pequeño salto hasta llegar a la zona intermedia del barranco.









Allí nos esperaban David y Aitana para ver como nos iba el descenso.
A partir de aquí nos metemos en la parte más encajonada del barranco, vamos avanzando y realizando sus continuos saltos y algún tobogán, esta parte es la más divertida del descenso.




En poco tiempo llegamos a la salida del barranco, solo quedaba remontar la ladera de la montaña y enseguida llegamos a Abdet donde íbamos a tomar algo para calentarnos además de acercarnos a la estufa del bar.

Tras esto, sin quitarnos los neoprenos, nos encaminamos hacia Callosa d´Ensarria, ahora era el turno de desceder el Bolulla.
Una vez preparados nos dirigimos al cauce, esta vez entraría David con nosotros al barranco. Llegamos al primer rapel y apreciamos el caudal que lleva, está alegre, empezamos a rapelar por la vena del agua, para empezar una buena regadita.


Primer rapel



Continuamos y llegamos a las surgencias, baja bastante agua por ellas, el agua no está tan fría, aunque parte del grupo no pensara lo mismo.
 








Continuamos el descenso practicando algunas maniobras, bajar un resalte asegurado, dejarse llevar por la corriente, saltos en plancha sobre movimientos del agua.










Ahora queda el tramo final, los dos últimos rapeles y los que más expectación tenían por su formación y caudal. El primero la pequeña represa que hace de embudo dejando caer toda su agua a la cabecera del siguiente rapel. El caudal era adecuado para bajar por este lado, en caso de caudales excesivos se suele bajar desde la acequia lateral, quedando así menos expuesto a la fuerza del agua.




Último rapel



Una vez terminado el descenso aún nos dedicamos a pegar unos saltos, la emoción del día aun nos pedía más.
Ahora solo quedaba seguir en cauce hasta llegar a los coches. De camino vimos "la vara" de medición, marcaba 77 cm, un buen nivel de agua para descender este barranco y pasarlo genial.


Redacción: Jose Angel

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