sábado, 20 de febrero de 2016

Barranco Capellanes

Montaña abajo, montaña arriba. Esto se avisa!!!
El sábado 20 de febrero nos fuimos a descender el barranco de Capellanes en Jalance. Los aventureros éramos Borja, Llabata, Oscar, Jorge, Maria y yo Carlos Salsa.

Salió un día soleado y cálido. El descenso fue muy divertido y tranquilo. Sin prisas. Nos permitíamos el lujo de comentar las bondades e inconvenientes al montar una instalación de una forma u otra. Los rapeles eran de poca altura pero lo suficiente para no salir bien parado. Todo muy sencillo, sin pasamanos, ni guiados.
El último rapel, este ya alto, acabada en una poza con agua acumulada que había que desplazarse unos metros para no caer dentro. Ahí dentro acabaron unas gafas de sol de Borja. ¿Cómo fue? Castigo divino por tirarle agua de una botella a nuestro amigo Galvany.
Ya la relajación fue máxima cuando tan solo quedaban escasos metros de descenso al último barranquista. Al pobre Oscar queríamos tirarle a la poza dirigiendo la cuerda de progresión. Fuimos benevolentes y le dejamos tranquilo ya que el insensato quería soltarse de la cuerda encima de una repisa.


Ahora que ya habíamos acabado el barranco, mísero de mi pensar que la cerveza de recompensa estaba cerca. La verdadera actividad empezaba ahora. Todo lo que habíamos bajado había que subirlo otra vez. Me explico. Por la izquierda orográfica hay que seguir una senda ascendente con fuerte desnivel y agachando el lomo para pasar por debajo de la vegetación. Siempre pegados a la pared hasta llegar a la cima. Para mis compañeros de aventura esta chupado pero para los mariquitas como yo entiendo que es exigente.
Ya en la cima pasamos a la otra cara para bajar un poco y llegar enseguida a una pista que hay que seguir para llegar a los coches.
Gracias desde aquí a mis compañeros que me vieron maltrecho que vinieron a recogerme viendo que ya estaba para el arrastre. Borja se quedo conmigo para no dejarme solo.

Ahora venia la recompensa. La comida de sobaquillo al sol en unas escaleras de Jalance y la posterior cerveza o carajillo. Y vuelta a Valencia. De esta actividad lo mejor sin duda la compañía.
Redacción: Carlos Salsa

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