miércoles, 25 de agosto de 2010

LA FORTALEZA


















Invitado por miembros del CEA (Club de Espeleología de Aragón), durante la tercera semana de agosto colaboré formando equipo junto con Sergio y Edu en las tareas de exploración de la cueva del Castillo de Acher, o cueva de los Cuchareros. Se trata de un sistema activo con surgencia sobre el río aragón-subordán cuya única entrada se encuentra localizada sobre dicha surgencia. El acceso al río se realiza a través de un sistema de galerías fósiles interconectadas que interceptan varias veces el río subterráneo, llegando a ser necesario el uso de neoprenos y botes neumáticos durante gran parte del recorrido.



El objetivo durante estos días fue doble. Por un lado, montar un vivac en una gran sala de derrumbamiento (provisionalmente denominada “Sala Aragón”) ubicada a unas 5 horas del exterior. Por otro lado, continuar con la exploración punta.


Aunque no voy a centrarme en los detalles de los trabajos realizados allí, si que quisiera destacar una vez más, el contraste que llega ofrecer este deporte tan marginal que supone la espeleología. Pasamos de plantearnos seriamente si este deporte realmente es para nosotros, a confirmarnos una vez más como exploradores.


El primer día empleamos un total de 11 horas ininterrumpidas que invertimos en el porteo de los petates (un total de 12 para 6 personas) y en el regreso al exterior. El recorrido es duro en todos los sentidos, pues se alternan los pasos estrechos, con laminadores, meandros y pozos de pequeñas dimensiones a lo largo de más de 1000 metros de recorrido, hasta la gran sala. El sistema está excavado en calizas muy estratificadas que siguen una evidente

línea de fractura y que se convierten en auténticas cuchillas en los tramos de meandro, poniendo a prueba la resistencia de nuestro material.

En nuestra segunda incursión pasamos 3 días y 2 noches explorando galerías, llegando a punta el segundo día, pero con tiempo inestable en el exterior. Esto motivó una justificada retirada para evitar posibles crecidas en lo que se definiría como una auténtica ratonera en caso de avenida.


Ni que decir que la experiencia ha sido muy enriquecedora. Agradecer a los miembros del CEA su acogimiento, en especial a mis compañeros Sergio y Edu con los que pasé grandes momentos.


Os dejo unas fotos de la exploración.










4 comentarios:

jero dijo...

El Pteropus alecto, más conocido como "zorro volador negro" ha vuelto a su hábitat!!!

Muy chula la actividad y mu guapo el montage en video

Ya nos contarás más detalles....

Arturo dijo...

Gran vídeo. ya nos contaras las hazañas...

Anónimo dijo...

pedazo de actividad, una pasada!

Pich

Anónimo dijo...

Madre miaaaa jejej, lo que no habias dicho es que tambien llevabas las canyon guide de bestard...como van en espeleo??ya nos cuentas todo ehh??

Héctor